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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 00:44

La Maranya

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

La Maranya es una Casa de Juventud, una Asociación fundamentalmente de jóvenes, situada en el municipio de Benicàssim. Es una organización sin ánimo de lucro, de carácter laico y pluralista, y regida por principios, según su Manifiesto fundacional, como la solidaridad, la igualdad, la laicidad, la lucha contra el racismo y la xenofobia, y la defensa de la democracia, el ecologismo o la libertad. La Maranya, con sede en la Plaza de los Dolores de Benicàssim, entre sus labores desarrolla una alternativa de ocio para la juventud benicense y tiene muy presente el desarrollo de la conciencia crítica y de la justicia social entre los jóvenes, el rechazo a la violencia y el uso de drogas, y la defensa de la cultura activa.

Para ello, en su seno se han desarrollado más de una veintena de grupos de jóvenes haciendo realidad sus ideas como grupos de ensayo de teatro, de música, de juegos de rol, noches de videoforum, realización de revistas juveniles y programas de tv, etc.

La Maranya, con la magnífica labor al frente de su equipo de animadores voluntarios, es una entidad que está educando en valores a nuestros jóvenes, valores como la solidaridad, la conciencia crítica, la empatía social o el respeto al medio ambiente. Y puedo dar fe de que sus socios, de que sus chavales y chavalas son magníficos.

La Maranya, fruto de su implicación como Asociación en la vida de la ciudad, de su conciencia y concienciación de que la Sociedad Civil no es una mera entelequia y de que debe tener un papel activo a la hora de definir el futuro de la colectividad de los benicenses, ha organizado recientemente un ciclo de coloquios-debates llamado “Recrea tu ciudad”.

En el mismo, se debatió, con una nutrida representación de la sociedad civil benicense, sobre cómo mejorar la economía y la ocupación de Benicàssim, sobre los problemas de urbanismo de la localidad, sobre qué hacer  en el municipio para mejorar la educación, sobre las acciones que se deberían desarrollar para cubrir las necesidades básicas de los vecinos, qué actividades de tiempo libre desarrollar o cómo mejorar las cuentas del Ayuntamiento y cómo evitar la corrupción y el enchufismo. Sus conclusiones se pueden consultar en blog.lamaranya.org, y suponen todo un revulsivo en contra de la apatía y del conformismo y un ejemplo de que la participación activa o el intento de la misma es la mejor vía para que la ciudad, en el sentido aristotélico del término, no se convierta en algo extraño y al servicio de sólo unos pocos. Ojalá hubiera muchas Maranyas. Una al menos en cada pueblo. En Benicàssim al menos tenemos la suerte de tener una.