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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 22:28

Exceso de agua y otras carencias políticas

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Luis Aleixandre Giménez. Ingeniero Técnico Industrial. Técnico de Energía.

Una de las noticias más tratada por los distintos medios de comunicación nacionales esta semana, es la referente a las copiosas nevadas y lluvias en la mitad norte de España, las cuales han provocado inundaciones a lo largo del cauce del rio Ebro a sus paso por las distintas comunidades autónomas que atraviesa. Creo que todos nos hacemos la misma pregunta ¿no podríamos aprovechar toda esa agua que no sólo se pierde, sino que además provoca cuantiosos daños? Ya son cientos de miles de euros perdidos en cosechas, viviendas, carreteras, tendidos eléctricos y otras infraestructuras, amén de la desazón de numerosos vecinos de distintas poblaciones, que incluso algunos han tenido que ser evacuados y otros  ven con temor cómo los cauces de los ríos no dan abasto para desalojar toda el agua que se les viene encima.

Creo que en estos momentos se produciría un acuerdo entre detractores y partidarios de un trasvase de agua del rio Ebro a las comunidades valenciana y murciana. Por una parte y con la crítica situación actual, se eliminarían las reticencias de los ecologistas, ya que no se produciría una disminución del caudal del rio en su desembocadura que produjera daños medioambientales en el entorno natural del delta de Ebro. Por otra parte el sentimiento de ‘propiedad’ del agua que poseen los habitantes de las comunidades por donde transcurre el Ebro, se encuentra a día de hoy mucho menos enfervorizada. Así pues con los excedentes de agua que soporta el rio, del orden de 2.400 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza, se podrían rellenar los embalses y acuíferos de nuestra comunidad para poder afrontar el verano sin recortes hidrológicos. No tenemos que perder la noción que el agua es imprescindible para nuestra agricultura, para el turismo de calidad y para nuestro día a día cotidiano.

¿Y por qué no podemos aprovechar toda esa agua sobrante? Pues por dos motivos; el primero porque no existen las infraestructuras necesarias y segundo porque hace falta legislar al respecto. Y nuestros políticos no hacen ni uno ni lo otro. Uno no llega a entender muchas veces porqué cosas tan lógicas como ésta, que benefician a muchos ciudadanos no se llevan a término. Igual tratamiento, incluso de mayor prioridad, requeriría poner remedio de inmediato a la hepatitis C y tratar a todos los afectados por esta enfermedad que sigue costando vidas a nuestros conciudadanos. No cabe en cabeza alguna que exista una cura y que no se proporcione a los que la necesitan. ¿Pero qué está pasando con nuestros gobernantes? Debemos pegar un golpe sobre la mesa, o mejor dicho sobre la urna, y cambiar todo lo que no funciona en nuestra sociedad. Este año tenemos la oportunidad, no la desaprovechemos.