José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Este mes de mayo ha comenzado con dos focos informativos, por una parte la convocatoria de nuevas elecciones generales y por otra el proceso de escolarización de alumnos.
Ambos temas están siendo tema del día continuamente en los medios de comunicación y no puedo dejar de hablar de uno de ellos, el del proceso de escolarización.
Desde la Conselleria de Educación, particularmente su máximo responsable, Vicente Marzá, no se cansa de repetir que ahora, con los cambios introducidos serán las familias quienes elijan a los colegios tú como antes, que elegían a los alumnos.
Esta mentira por mucho que la repita, no dejará de serlo. La verdad, o una de las verdades que en estos días esconden, negándose a debatir, ellos que son los adalides del diálogo y la comprensión, dicho sea con toda la ironía posible, es que uno de los objetivos marcados desde el primer momento ha sido y es la eliminación de la enseñanza concertada en la Comunitat Valenciana, y si no es posible, reducirla a la mínima expresión.
Se han dedico con afán y ahínco a buscar cualquier rendija legal para suprimir aulas de colegios concertados, bajo el pretexto del cumplimiento de la ley, aplicándoles una doble tabla de medir, por una parte lo firmado en los conciertos de cada colegio con la administración y si por ahí no te puedo coger, aplico el criterio de ratio por población, sin tener en cuenta el número máximo de alumnos por aula, que depende de los metros cuadrados.
En nuestra provincia el Colegio de la Consolación en Benicarló ha sido un claro ejemplo, ya que han suprimido un aula de tres años .Se puede pensar que no tiene demasiada demanda social, y las aulas están vacías, pero no, ya que tienen concertadas cuatro unidades y un máximo de noventa y un alumnos. Este curso tienen ochenta y nueve alumnos en infantil de tres años.
Una sociedad democrática se caracteriza por aceptar la diversidad, y nada más sencillo que aplicarla con el respeto a la educación. Poder elegir entre diversas opciones, más allá de una única escuela pública y universal es enriquecedor, por la diversidad cultural e ideológica que implica su existencia.
Continuará siendo mentira, por muchas veces que lo digan, que la escuela concertada es elitista; justo lo contrario, ya que permite a las familias con menos recursos poder elegir, optar a una educación más allá de la pública, si así es su deseo, cosa que no sería posible si no existiera la oferta concertada.
Los padres como primeros educadores no pueden en esta ocasión permanecer pasivos y no ser solidarios con las actuaciones que las familias de Benicarló van a llevar a cabo, como la de firmar para que no se cierre ese aula o la concentración del próximo sábado 14 en la plaza del ayuntamiento , pues con independencia de la elección de cada familia, colegio público o concertado, lo que está en juego es algo mucho más importante: Quién decide cómo educar a nuestros hijos, si los padres o los políticos de turno.
