José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
El Boletín Oficial del Estado, Agencia Estatal, dependiente del Ministerio de la Presidencia, tiene personalidad propia y autonomía en el ejercicio de sus funciones, es conocida mayoritariamente por ser el instrumento que utiliza el Gobierno y otras entidades de carácter público para dar la publicidad que exige el ordenamiento jurídico a normas, nombramientos, autos, etc.
Además el BOE publica en formato electrónico y gratuito de una serie de códigos legales que se pueden descargar, llevando a cabo la actividad propia de un servicio público de forma activa.
Entre las publicaciones en formato papel hago hoy referencia al código que da nombre a este artículo y que adquirí recientemente; tal como dice el autor se trata de una obra transversal en la que recoge toda la legislación que desde los ámbitos civiles, penales y administrativos existe en torno al derecho a vivir en paz, a que te olviden.
Es particularmente interesante comprobar como en una sociedad global en la que el no estar presente en las redes sociales es equivalente a no existir, en donde el ansia por aparecer, tener amigos, seguidores, reenviar noticias, contar las aptitudes profesionales y las destrezas personales a quien las quiera leer, escuchar y como no ver, es desmesurada por mucho que le hayamos dado visos de normalidad, aparece este código cuya esencia jurídica además de cumplir con el mandato constitucional de limitar el uso de información personal ,acotando el derecho a la información , otorga prevalencia absoluta al derecho a la intimidad y al honor.
Es habitual la falta de pudor generalizada manifestada en las informaciones que aparecen en las redes sociales; ¡qué poco habitual es encontrar información claramente diferenciada, definida y con una orientación concreta!
Pocas armas y menos argumentaciones tendrá para demandar su derecho al honor o a la privacidad quien exhibe fotografías íntimas, comparte enfados de pareja, de amigos o simpatías varias sin ton ni son.
Convivimos con las redes sociales; no soy en absoluto contrario a ellas, son el vehículo de comunicación por excelencia de nuestro tiempo, aunque en demasiadas ocasiones se convierten en el fin, comunicamos más por estar en el medio, para que se nos vea, que por lo que compartimos.
Información es poder , eso no ha cambiado a lo largo del tiempo , de hecho cuando entramos en un portal de internet, de la tipología que sea, nos advierten que están recogiendo información (los 'cookies') para ofrecernos mejores servicios y productos adaptados a nuestras necesidades.
Sorprende en este código el que aparecen leyes tan dispares como la de las fuerzas armadas, la ley de protección de datos, su reglamentos, la ley de sanidad y derechos del paciente, el código civil, el penal, la ley de telecomunicaciones, de secretos oficiales , de régimen penitenciario, etc.
Muchas son las que tienen un apartado en el que buscan salvaguardar al individuo y su intimidad, leyes que ha costado mucho que calaran socialmente son hoy arrasadas cual tsunami con la zanahoria del estar presentes y ser visibles.

































