Jorge Fuentes. Embajador de España.
¡Cómo cambian los tiempos! En 1971 España producía “Españolas en París” una película de Roberto Bodegas que interpretada por Ana Belén y Laura Valenzuela reflejaba la peripecia de las mujeres españolas que se abrían paso fuera de nuestro país trabajando como sirvientas en distintas capitales europeas. En la película citada, las muchachas trabajaban en París pero el tema fue repetido hasta la saciedad en otras partes de Europa. La que ahora en España ha casi desaparecido como profesión y el gremio de las asistentas está copado por las rumanas que desempeñan el oficio con gran eficacia y profesionalidad, hace medio siglo, “la bonne espagnole” era una institución muy apreciada en el continente.
Pues ya les digo, ¡cómo han cambiado los tiempos!. No es solo que los trabajos domésticos han quedado descartados por nuestras nacionales a pesar de los seis millones de parados, sino que la segunda generación de nuestros emigrantes triunfa rotundamente en el extranjero.
Ana Hidalgo (perdón, Anne Hidalgó), nacida en Cádiz en 1959, hija de emigrantes andaluces en Francia, acaba de convertirse en la primera alcaldesa de París después de las recientes elecciones municipales que han hundido a Hollande en muchísimas circunscripciones pero que, gracias a la Sra Hidalgó han logrado retener el importantísimo feudo de la capital, la magnífica y emblemática ciudad que concentra el 20% de la población del país (de ahí el dicho “Paris ou le dessert de France) y posiblemente la gran ciudad más bella de Europa. No es necesario recordar que antiguos alcaldes de la ciudad han saltado luego a Presidentes de la República Francesa.
Enhorabuena a la alcaldesa y enhorabuena también a España que sitúa a una de sus nacionales en un puesto de privilegio. Pero no es la única. Pocos días después de las elecciones municipales y a raíz de la debacle conocida por la izquierda, Hollande, situado bajo mínimos en la escala de apreciación de los franceses, reorganiza el gobierno y sitúa al frente del mismo a otro español, Manuel Valls, nacido en Barcelona en 1962 hijo del pintor español asentado en Francia, Xavier Valls y de su esposa suiza Luisangela Malfetti.
Valls es un hombre de prestigio, una especie de Sarkozy de izquierdas que, sin grandes dudas tendrá un recorrido político que irá más allá del que le preste el declinante Presidente Hollande.
Convendría rastrear en el panorama político mundial y ver cuántos españoles ocupan en el mundo posiciones de importancia. Se me ocurre otra española importante, Myriam González Durántez, natural de Olmedo (Valladolid) y casada con el Viceprimer Ministro inglés Nick Clegg. No dudo que hay más compatriotas mandando por el mundo. Es consecuencia lógica de la movilidad social que sitúa tan pronto a un libanés al frente de Argentina, a una búlgara en Brasil, a un japonés en Perú o a un medio africano en los EE.UU.
Una última reflexión. Francia es un verdadero país integrador. Quienes llegan a su territorio pueden hacer gran carrera en el país ¿Podemos imaginar algo parecido en España? Por el momento tenemos dos alcaldes, un francés y un belga, en pequeñas localidades de Salamanca y Lérida. Y también 85 concejales no españoles ¿Pueden imaginar a un francés o un alemán mandando en la Moncloa o en Cibeles? Yo, francamente, aun no.
































