Jorge Fuentes. Embajador de España.
El sábado 24/03 fue un día importante por dos circunstancias: porque a las dos de la madrugada había que cambiar la hora y porque en esa jornada se ponía fin a la Temporada 1 de la tragicomedia catalana.
Claro que eso de la Temporada 1 es un decir porque Cataluña viene dando la tabarra secesionista desde hace siglos y teniendo en cuenta que tras una etapa de gran fervor independentista venia otra de total respeto constitucional, existe una cierta tendencia a no tomar la cosa en serio.
En esta ocasión la agresión separatista ha sido fuerte probablemente debido al fatídico ambiente socio-político sembrado por los ex Presidents Jordi Pujol y Artur Mas acrecidos en sus poltronas -en especial el primero- por la tolerancia de los sucesivos gobiernos centrales que utilizaron a Cataluña y el País Vasco como monedas de cambio para facilitar la gobernación del Estado.
Pujol y Mas emponzoñaron el entorno político con unos niveles de corrupción sin parangón en España, ruina moral ante la que sin embargo el Estado hizo la vista gorda para no formar olas que complicaran el paisaje nacional.
Cuando las trampas del 3% empezaron a desvelarse los dos Presidents recurrieron al nacionalismo y a la estelada para intentar camuflar sus vergüenzas. Los dos quedaron fuera de juego pero dejaron como legado un Libro Blanco en que quedaban trazadas las líneas sucesivas de la secesión.
Pujol y Mas resultaron ser, más que dos corruptos, dos ladrones que se llenaron el bolsillo de forma ignominiosa, pero dentro de lo que cabe, lideraban un partido que representaba a un sector de la sociedad catalana trabajador y respetable que buscaba la prosperidad de su comunidad dentro de un cierto respeto a la unidad de España
Lo que ha venido después de que se destapara el pastel de Convergencia ha sido pura estampida protagonizada por un equipo disparatado presidido por un alcalde sin credenciales y un grupo de radicales dispuesto a todo, enfervorizado con la mentira de que representaban a todo el pueblo catalán, estimulado por ver que el gobierno central no les paraba los pies, creyendo que el mundo les estaba esperando con salvas y que sus sueños independentistas iban a convertirse en realidad.
Los poderes del Estado -el Ejecutivo, el Legislativo y, sobre todo el Judicial- les han parado los pies. 28 de aquellos radicales están siendo investigados, 25 de ellos están procesados (inexplicablemente Mas no se encuentra entre éstos), 9 han ingresado en prisión preventiva y 6 se han fugado.
Solo gracias a la división de los secesionistas, Turrull no fue nombrado President el jueves 22. Es ya el tercer candidato al cargo que fracasa y seguirán haciéndolo mientras el Parlament se empeñe en escoger personas que busquen sino perpetuar el enfrentamiento.
Con los sucesos de los últimos días puede considerarse que la Temporada 1 del astracán se ha cerrado. No debemos hacernos demasiadas ilusiones: como suele ocurrir con las series televisivas con alta audiencia, después de un receso, comenzará la Temporada 2.
