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viernes, 26 de diciembre de 2025 | Última actualización: 21:36

Los EEUU golpean de nuevo

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

El bombardeo realizado por los Estados Unidos contra la base de Shayrat (Homs, Siria) está desencadenando todo tipo de reacciones por representar un viraje en la política exterior norteamericana del último decenio.

Durante el mandato de Obama, Washington acostumbró al mundo a su inacción en los conflictos que surgieran. El Nobel preventivo que le fue concedido a su llegada a la Casa Blanca  hizo que su país se mantuviera al margen de acciones militares y que renunciara al papel de gendarme internacional al que estábamos habituados.

Trump llegó al poder con mensajes contradictorios en materia militar: de un lado desconfió de la OTAN y de sus aliados incitándoles a que subieran sus cuotas de participación y afirmando que los EEUU solo actuarían en defensa de su propia seguridad. De otro lado aseguró que uno de sus objetivos sería acabar con el terrorismo yihadista de DAESH.

Su aparente entendimiento con Putin hacía prever que todo seguiría igual en Siria y en las otras tres guerras en la región que Obama dejó abiertas a su marcha, en Libia, en Irak y en Yemen.

La inesperada acción en Siria tras la utilización de armas químicas contra la población civil operada precisamente desde la base de Shayrat, lo cambia casi todo.

En primer lugar cambia la entente Washington-Moscú que daba por sobrentendido que Siria quedaba reservada a los planes de Putin para su presencia en el Mediterráneo y el apoyo a Al Assad como mal menor en la región.

Con su operación, Trump reanima la alianza occidental que se sentía desvalida tras las ausencias de Obama y las propias afirmaciones iniciales del nuevo Presidente. Los gobiernos europeos han reaccionado muy favorablemente al bombardeo, celebrando la recuperación de un líder que parecía perdido.

Como cabía esperar, los países musulmanes se han dividido entre los que están a favor de la intervención (Turquía, Egipto, Arabia Saudí, EAU, Jordania, a los que hay que añadir Israel) y los que están en contra (Irán, Siria más Rusia).

E igualmente, como era también de prever, dentro de los países europeos se han producido las críticas de los partidos populistas de izquierdas y de derechas recelosos por la falta de consulta de Trump al propio Congreso norteamericano, a las Naciones Unidas y a los países aliados a los que solo anunció la intervención, con escasa anticipación. Incluida España de cuya base de Rota partieron los dos destructores que efectuaron la operación.

Mejor hubiera sido poder contar con todos esos protocolos de legalidad pero ellos hubieran anulado el factor sorpresa y quizá también la intervención misma.

Quedan aún algunas dudas por aclarar: si realmente fue el ejército de Al Assad el que utilizó las prohibidas armas químicas, si la operación de Trump tiene alguna efectividad real, aparte de la simbólica, en el curso de los acontecimientos en Siria y en la lucha contra el terrorismo.  Queda por ver como quedaran las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia tan importantes para decidir el futuro de Siria y todavía más el de Europa.

Y lo más decisivo de todo: queda por consensuar si será preferible una futura Siria con un tirano al frente o intentar colocar a otro líder más democrático con lo que se corre el riesgo de seguir la vía de otros países vecinos de la región en que floreció la primavera árabe (Túnez, Egipto, Libia, Yemen etc.) que han quedado convertidos en estados fallidos o en pseudo democracias mucho más frágiles que lo eran antes del proceso.