Jorge Fuentes. Embajador de España.
Perdonen la broma con que título esta opinión, al estilo romano clásico. Hoy podríamos traducirlo como ‘Arriba, Castellón’ y bien que nos vendría.
Porque sin ánimo de ofender pienso que Castellón tiene un cierto complejo de inferioridad quizá debido a ser la menos poblada y menos próspera de las tres provincias de la Comunidad Valenciana.
No hay que olvidar, sin embargo, que se encuentra en la mitad alta de las capitales más pobladas de España, en un sector semejante a Santander, Pamplona o San Sebastián.
Económicamente, estuvo en una situación privilegiada hasta que estalló la burbuja inmobiliaria y entraron en crisis las principales industrias de la región, como son la cerámica, química y de construcción. Del paro cero en que nos encontrábamos, pasamos a una situación en que estamos por encima de la media nacional desempleo.
Pero gracias a una política reivindicativa y buscando no quedar rezagados en el país y la región, lo cierto es que la capital de La Plana ha ido proveyéndose de toda la infraestructura necesaria para reforzar su futuro, como son el puerto, el aeropuerto, el Tram, la UJI, el auditorio de música y el Museo de Arte Contemporáneo.
A todos ellos viene a sumarse desde el pasado día 23, la línea del AVE que nos une con Madrid. Bienvenida sea el AVE aunque de momento resulte más simbólica que real.
Y es que un tren que tarda 45 minutos en hacer el trayecto hasta Valencia (70 kilómetros) difícilmente puede considerarse de alta velocidad. Con un poco de suerte, el tren de cercanías que solo pare en media docena de estaciones cubre el recorrido en poco más de ese tiempo.
Celebro mucho la inauguración del AVE. De igual modo que hace unos años les dije que la prolongación del Alvia de Castellón a Madrid hasta Gijón nos había alejado de la capital de España unos 100 kilómetros debido a los frecuentes retrasos, con el AVE nos hemos acercado unos 200 kilómetros cubriendo el recorrido en dos horas y media.
Lo malo -¡malísimo!- por ahora son los horarios. Salir de Castellón a las 06:15 de la mañana es una auténtica faena. Te hace dar el madrugón inútilmente ya que llegas a Madrid a una hora en que casi todo esta aun cerrado y ni siquiera puedes refugiarte en tu hotel pues la habitación estará disponible solo a partir de las 14 horas.
Es importante tener la infraestructura instalada. Ahora habrá que negociar con Renfe para que se establezcan horarios decentes que nos permitan salir a una hora razonable (entre las 8 y las 9) y regresar a última hora de la tarde.
Lo más difícil ya está conseguido. Ahora, puesto que solo falta acordar un enlace más adecuado con Valencia y coordinar bien los recorridos de los trenes de cercanías, ¡a negociar se ha dicho!
