Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.
La semana pasada me quedé rondando la idea de que era necesario observar a nuestro alrededor para poder aprender a solucionar los problemas que se nos presentasen. ¿Y qué hay más cercano que la naturaleza? Gracias a esto recordé la Biomimesis (del inglés biomimicry), que es el arte de estudiar e imitar a la naturaleza, de inspirarse en ella para crear nuevas tecnologías. Como animales, somos parte de la naturaleza por lo que muchas de nuestras ideas han provenido de ella.
La definición exacta de biomimesis es ‘el proceso de entender y aplicar a problemas humanos, soluciones procedentes de la naturaleza’, ya sea en forma de diseños, esquemas de funcionamiento, etc. La naturaleza nos lleva millones de años de ventaja en cualquier campo, por eso es ciertamente más ventajoso copiarla que intentar superarla, para poder conseguir el objetivo que nos hayamos propuesto.
La aplicación de la biomimesis ha permitido el desarrollo de ciertos productos increíbles. Comencemos por algo simple como el velcro, que llevan las zapatillas, ropa… Es el ejemplo más simple de imitación de la naturaleza, ya que está inspirado en el mecanismo que utilizan los cardos para adherirse a las medias y a los animales. El inspirado fue George de Mestral, que decidió mirar este fenómeno con un microscopio para saber cómo se enganchaban tan tenazmente los cardos al pelaje de su perro. Lo que a simple vista era una de las herramientas de agarre más avanzadas de la historia, bajo el microscopio se convirtió en una maravilla tecnológica: simples agujas con cientos de ganchos infinitesimales. Aunque le costó lo suyo desarrollarlo y popularizarlo, hasta el día de hoy no hay un reemplazo efectivo para el Velcro, y seguramente nunca lo haya, porque es perfectamente simple. Cosas así de simples se nos escapan a cada segundo, pero este y los siguientes ejemplos son una prueba de que si abrimos los ojos, podemos hacer nuestra esa experiencia adquirida.
Existen multitud de ideas en las que la biomesis tiene un papel predominante. Edificios en África que solo consumen el 10% de la energía para climatizar inspirados en nidos de termitas, superficies autolimpiantes con agua basadas en el diseño de la hoja de loto, alas con escamas móviles que pueden cambiar de forma durante el vuelo inspirados en ciertas aves y peces, recubrimientos super-hidrodinámicos para submarinos, aviones y trajes de buceo que emulan la textura única de la piel de los tiburones, pantallas similares a las alas de una mariposa que reutilizan la luz externa para presentar los datos con una consumo eléctrico casi nulo… Las posibilidades son infinitas.
Como decíamos, la naturaleza es una de los entes más avanzados y “sabios” con los que nos podemos topar, así que aprender de alguien así es necesario y muy gratificante. Los grandes científicos se inspiraron en la naturaleza para desarrollar avances muy importantes, así que cuando nos falte la inspiración por algún motivo, simplemente hay que observar la naturaleza con cierta predisposición y la solución es posible que aparezca. Comentarios abiertos para opiniones, sugerencias… Saludos a todos.
































