Enrique Domínguez. Economista.
Con la crisis, en la que todavía estamos inmersos, hemos sufrido una pérdida importante de empleos y, por tanto, una reducción significativa de las afiliaciones a la Seguridad Social; después de nueve años desde su inicio aún no se han alcanzado los niveles de afiliación de 2007, salvo muy escasas excepciones en cuanto a provincias y, en el caso de la provincia de Castellón, con pocas localidades que han superado esos niveles previos a la crisis.
Pero el cambio de rumbo de la economía española desde 2014 se ha manifestado también en el punto de inflexión en cuanto al descenso de las afiliaciones y al inicio de un suave repunte. Pero aún falta bastante: la afiliación media anual en 2015 era un 21,6% inferior a la de 2007 en la provincia de Castellón, un 17,1% en la Comunidad Valenciana y un 11,1% en España.
¿Qué ha pasado en estos dos últimos años? ¿Cómo ha evolucionado la afiliación entre julio de 2014 y de 2016? Porcentualmente, las afiliaciones han crecido algo más en la provincia que en el conjunto español pero menos que en la Comunidad Valenciana como un todo. Que el ritmo de aumento sea el adecuado y que los empleos en que se plasmen esas afiliaciones sean de creciente calidad y menos temporales, es el reto de futuro. Un simple porcentaje no dice nada; lo relevante es en qué trabajos se ha plasmado.
Centrándonos en la provincia de Castellón, se constata que la afiliación a la Seguridad Social el último día del mes por tipos de regímenes aumenta en todos; por este orden y en términos porcentuales, en el Régimen Especial del Mar, en el Régimen General, en el Régimen General Sistema Especial Agrario, en el Régimen Especial del Hogar y en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Hay que indicar que la evolución mensual se ve afectada por el carácter cíclico de algunas de sus actividades más relevantes como son la hostelería y turismo y las campañas agrícola y pesquera.
Si descendemos al nivel sectorial, la afiliación se incrementa en la mayoría de ellos; las industrias manufactureras (máxima desagregación en la fuente estadística utilizada) se mantienen durante todo el intervalo como primer sector en cuanto a afiliación, figurando luego a escasa distancia la actividad comercial y la reparación de vehículos y, a cierta distancia pero incrementando su peso relativo, la hostelería. En estos tres sectores y en la mayor parte de los restantes, entre julio de 2014 y julio de 2016 pierden peso relativo los trabajadores autónomos respecto a los afiliados al Régimen General.
Pero, esa trayectoria de mejora en el número de afiliados a la Seguridad Social del último bienio, ¿ha sido seguida por la mayoría de los municipios castellonenses o ha sido algo menos general? De las 135 localidades de la provincia, 99 han visto incrementar su número de afiliados mientras 6 lo han mantenido y 30 lo han reducido; estos, en general, han sido los de menor número de habitantes y, por tanto, de actividad económica.
Si nos referimos a los municipios de más de cinco mil habitantes, solamente se han producido descensos en el número de afiliados a la Seguridad Social para la totalidad de regímenes en Borriana (-7,9%) y en Betxí (-6,0%). En los demás se han registrado aumentos, desde el 18,7% de Moncofa al 2,7% de Nules; entre ambos porcentajes, y de mayor a menor aumento, figuran Almassora, Almenara, Vilafamés, Peníscola, Onda, La Vall d’Uixó, L’Alcora, Segorbe, Vila-real, Vinaròs, Orpesa, Castelló de la Plana, Benicàssim, Torreblanca, Alcalà de Xivert y Benicarló.
Como vemos, la reactivación de la afiliación es un hecho y está centrada, principalmente, en las actividades industriales y de servicios, en particular en éste en el sector comercio y la hostelería y turismo. Pero, ¿las bases en las que se asientan estos sectores son las adecuadas para que esa reactivación se consolide en el tiempo? Ese es el reto de futuro.
