Federico Arnau. Comerciante jubilado.
Violencia de género es aquella que tanto físicamente como psicológicamente se imparte sobre una persona.
Todos los años finalizamos el año con una cantidad de mujeres muertas a manos de sus parejas y que las autoridades a pesar de los protocolos activos, siguen sin saber que determinación deben aplicar que sea efectivo para evitar estos asesinatos.
Las autoridades se ciñen a la ley, y cuando ocurre un asesinato se limitan a salir al portal del ayuntamiento para protestar con un minuto de silencio en honor de la víctima, y cuando en algunos de ellos se pronuncia un comunicado contra la violencia nadie exige la cadena perpetua a los agresores o agresoras que también las hay.
No les da vergüenza a los políticos que tienen potestad para cambiar la ley y los que no la tienen, pero sí que tienen el deber de exigir que estos cambios se lleven a cabo. El agresor que asesina a su pareja o ex pareja, como mínimo la ley debería de contemplar como he dicho antes la cadena perpetua, sin ningún privilegio, en la cárcel, pero desde luego trabajando en los puestos más desagradables del centro y luego a la celda separado de los demás para que no pueda ni hablar, sin tener radio ni televisión ni periódicos, solo la celda, la pequeña ventana que por ella puede ver sir hace sol o no, si llueve o no, y nada más hasta que se pudra.
Los defensores de los derechos humanos, estarían en contra de esta forma de tratar al criminal, pero la victima ¿Puede ver si hace sol o llueve? ¡No!, por lo tanto solo hay que ponerse en el lugar de la víctima o los familiares para poder ver si es buena condena o no.
En la violencia doméstica, tampoco la agredida o el agredido tienen demasiada ayuda en el momento de presentar ante las autoridades la denuncia correspondiente. Una cosa es lo que se publica o se lanza a través de los discursos y otra cuando te encuentras en una situación agresiva y buscas apoyo, si es de la pareja , te dan los consejos de como debes de actuar o como máximo que abandones el hogar para ponerte en un piso tutelado, pero cuando se trata de hijos , menores incluso mayores de edad, te lo tienes que tragar porque no los puedes echar del domicilio tan fácilmente, mientras te siguen machacando psicológicamente, y menos físicamente, ya que el maltratador sabe que no debe de dejar pistas evidentes de cara a la policía y el maltrato psicológico lo sigue sufriendo dentro del hogar la víctima ,en silencio en la mayoría de los casos, de manera que se le pueda diagnosticar un trastorno de desquiciada, y en estos casos la víctima no tiene ningún apoyo hasta que pueda conseguir que el agresor abandones el domicilio, porque se haya instalado en otro, si no, no lo puedes echar.
Desgraciadamente vivimos en un tiempo en que la agresividad y la violencia incluso la mala educación están demasiado presentes como una cosa normal, y principalmente en las instituciones. Sin ir más lejos en el último pleno del Ayuntamiento de Castellón en el que el vicealcalde dirigiéndose a la oposición les dijo que habían cagado un 'cagallon' y repartían mierda, ¿es normal esta expresión en una persona pública y en un pleno? ¿Qué están trasmitiendo a la ciudadanía? Pero no solo en los plenos si no en las sesiones del Congreso ocurre tres cuartas partes de lo mismo, insultos, agresiones verbales, aunque sea un guion que cada uno se haya preparado después de haber tratado en las comisiones previas los temas a tratar en los debates, los jóvenes y sobre todos niños que en los telediarios puedan visionar esas acciones, lo único que perciben es una mala educación que apoyadas a veces por los mismos padres, se envalentonan y sin darse cuenta se meten dentro de un carrusel que luego es difícil solucionar.
Fundamentalmente es aparte del hogar, en las escuelas y desde primaria cuando se debe de inculcar el respeto, la tolerancia, y la solidaridad para que el crecimiento tanto corporal como educativo, se encauce en lo máximo, el respeto a familiares como a las personas en general. Cierto es que para que los profesores puedan en la parte que les corresponde ejercer dicha función es tener el apoyo de los padres y no tener a los padres como felinos cuando el profesor recrimine o les traslades en una tutoría algo que no les guste a los padres, salvo excepciones que también los hay.
Aunque la mayoría de agresiones las sufren las mujeres, también es cierto que hay muchos hombres que sufren el maltrato impartido por sus mujeres principalmente cuando hay hijos de por medio, sobre todo cuando hay un divorcio, pues generalmente la mujer es la que se queda con los hijos y por supuesto con la vivienda si la hubiese, y salvo excepciones de un buen entendimiento, (son los menos), la mayoría aprovecha para ahorcar a su ex marido exprimiéndolo al máximo, hoy por suerte existe la custodia compartida y ya se puede ser más suave para poder compartir la vivienda el tiempo que les corresponde mientras los hijos no abandonen el hogar.
Hay muchos hombres aunque las estadísticas no lo reflejen que son también maltratados si no físicamente, que alguno hay, si psicológicamente incluso con denuncias falsas, que ellos sufren encerrados en el cuartelillo mientras se aclara la situación, y luego de ver que la ex mujer ha mentido esta sale de rositas, la inmensa mayoría porque el marido o ex marido no se ceba con ellas igual que ellas se ceban con ellos. No les permiten en el caso de que puedan ver a sus hijos a diario, solo cuando el juez dicte o sea de cada 15 días y en las vacaciones correspondiente, y no esta demás que un padre pueda dar un beso a sus hijos a diario cuando vive cerca o en la misma población aunque sean cinco minutos en el portal, cosa que las mujeres se niegan a ello y eso no se publica.
Las estadísticas no reflejan por desgracia la verdad de la violencia que hay en los hogares, sobre todo en aquellos que los agresores son los hijos, y generalmente son jóvenes que han nacido en un tiempo feliz y que han tenido más de lo que sus padres verdaderamente pueden ofrecerles, pero que con su esfuerzo y queriéndoles dar una vida más digna, resulta que estando estudiando tienen un móvil, no les falta el paquete de cigarros y unos euros para cervezas , y cuando no hasta coche o moto, viviendo sin saber lo que es trabajar a costa de los padres, y cuando estos les niegan algo que desean, son trompazos insultos y agresiones. ¿Qué hacemos?
Ciertamente son temas muy delicados y además infinidad de versiones, historias y en su mayoría difíciles, porque siempre hay sentimientos heridos y de difícil solución.
Lo cierto es que personalmente no he tenido la desgracia de sufrir estas situaciones, por lo que doy gracias a Dios si es que existe, pero sí que he tenido amigos o conocidos que si lo han sufrido y por esos conocimientos pienso que la ley es la ley , pero que hay muchos aspectos vacíos, y que deberían de adaptarse a la realidad de las circunstancias, y endurecer como he citado al principio las sentencias para que nadie pueda asesinar nunca más a una mujer , ni una mujer pueda hacer falsas denuncias contra un hombre. Ni hijos maltratar a sus progenitores.
No necesitamos fotos en las calles guardando un minuto de silencio, eso es demagogia barata, necesitamos unas leyes más justas y severas. Y eso solo lo pueden hacer los políticos responsables. ¿Son verdaderamente conscientes y responsables para atajar este problema?






























