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Antes de las 7.00 de la mañana Miguel Barrachina ya está desayunando en su casa de Segorbe. Es uno de los momentos familiares que el candidato al Congreso por el PP por Castellón araña a su agenda diaria. Él es el encargado de organizar el desayuno cada mañana para su mujer Elena y sus hijos, Miguel y Sofía, a los que lleva al cole todas las mañanas.
De ahí a la Diputación Provincial donde, desde hace cinco años, es vicepresidente, mano derecha del presidente provincial Javier Moliner y el responsable de Hacienda y portavoz del Grupo Popular.
Su vuelta a Castellón se produjo para ayudar a Moliner en la renovación del PP de la provincia y de la Diputación y ahora, cinco años después, regresará a Madrid como diputado en el Congreso. Confiesa que el ofrecimiento, al principio, lo tuvo que reflexionar en profundidad. Barrachina, casado y con dos hijos pequeños, debía analizar la propuesta de irse a Madrid para ser la voz de Castellón en el Gobierno. Él mismo lo confesaba al ser preguntado al respecto: “soy un jugador disciplinado y me pondré donde diga el entrenador”.
Dicen muchos que su papel no va a ser el de diputado raso. El segorbino ya ha trabajado con la ministra Ana Pastor y con la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría y todo apunta a que su papel será clave para que el Gobierno de España tenga en cuenta a la provincia de Castellón.
Barrachina es un trabajador incansable y durante las mañanas empalma reuniones con asuntos de urgencia y atención a los vecinos. Amante del ‘running’, siempre intenta sacar un hueco en su agenda diaria para salir a correr, aunque sea a costa de comer algo rápido en el despacho. Es habitual verle salir de la Diputación hasta la piscina provincial y correr por el Pinar del Grao.
¿De qué está más orgulloso de estos últimos años en la Diputación? “Primero de haber conseguido renovar el PP junto a Moliner y, por supuesto, de haber conseguido que Castellón empiece el despegue económico”. El candidato está seguro de que 2016 va a ser un buen año ya que “lo empezaremos con 21.000 parados menos que hace doce meses, con miles de turistas llegando por el aeropuerto y estando en Madrid con poco más de dos horas gracias al AVE”.
El vicepresidente también es el secretario provincial del PP. Estas semanas, mucho antes de ser elegido candidato, decidió comenzar una ruta por toda la provincia para estar al lado de los afiliados. A través de decenas de reuniones comarcales Barrachina ha intentado trasladar su pasión por el trabajo a los 135 municipios de la provincia.
Barrachina siempre ha sido reivindicativo y siempre ha notado una querencia por el servicio público. Ya con 14 años organizaba manifestaciones en el colegio Pintor Camarón de Segorbe y muy joven ya quiso afiliarse al PP. “Para mí es el único partido que cree en la libertad, en el respeto hacia todos y en la unidad de España”.
Hijo de un mecánico de coches y una madre de familia agricultora, Barrachina lleva como bandera el ser de pueblo. Una de sus grandes aficiones es subirse al tractor que tiene en un huerto familiar y estar en contacto con el campo, olvidándose del teléfono y de la agenda pública.
El número uno al Congreso es un hombre amable, cercano, muy exigente con el trabajo y un político hábil que sabe convencer al oponente. Prueba de ello es que su elección como candidato ha despertado temor en los partidos de la oposición por la gran coherencia y simpatía que despierta.
“Los españoles llamaron al PP para arreglar la situación. Estábamos a punto de la quiebra, de ser intervenidos, de no pagar las pensiones. Heredamos un país con más deuda y paro que Grecia y hoy crecemos más que Alemania”.
Además, tiene claro que “el Gobierno, pese a ser la peor legislatura en cuanta a ingresos ha permitido que llegue el AVE a Castellón, ha mejorado la N-340 en el Maestrat, ha desbloqueado el Port de Querol… Frente a eso el Gobierno socialista construyó una cárcel, dos desaladoras que nadie quiere y el proyecto Castor, una ruina”.
Está convencido de que, aunque se han cometido errores, “a un presidente de un país no se le elige por las sonrisas, sino por su capacidad de salir de la crisis, por la seguridad y la unidad del Estado”, como ha logrado Rajoy a su juicio.
Barrachina suele llegar tarde a casa, ya de noche, a su amado Segorbe, donde tiene a su familia y a sus amigos. Sin embargo, siempre que puede saca tiempo para ayudar a sus hijos en los deberes o para leer novelas históricas, otra de sus aficiones.
“Todas las mañanas, cuando bajo a Castellón, pienso que todos los tramos de carretera, todos, los han hecho gobiernos del PP y la izquierda sólo ha maltratado a la provincia”. De ahí que crea que “nos jugamos mucho, el seguir avanzando o volver al pasado”.
