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domingo, 21 de diciembre de 2025 | Última actualización: 21:27

En forma de ‘L’

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

El gobierno del señor Rajoy lo sabe perfectamente; ni hay “brotes verdes” en la economía española ni nada que se le parezca. Ni están, y mienten quienes dicen que se esperan. De hecho, lo que cada día es más evidente es que estamos pasando de una crisis en forma de ‘W’, y con una recuperación intermedia muy leve, a un estancamiento en forma de ‘L’, es decir, muy prolongado.

Y es que las cifras y previsiones no engañan. Así,  el propio FMI ha señalado en varios estudios, que la tasa de desempleo no bajará en España de la barrera del 26 % hasta el 2018, algo que es lógico teniendo en cuenta las débiles previsiones de crecimiento del PIB. De esta manera, y en la misma línea, los expertos de Bloomberg han indicado que el Producto Interior Bruto de nuestro país crecerá una media raquítica del 1,3 % anual entre el 2014 y el 2018, siendo la segunda peor marca de la Unión Europea, y sólo teniendo peores perspectivas Italia.

Las causas de estas negras perspectivas, de este desastre, son variadas. En primer lugar, y de forma estructural, hay que incidir en el papel tremendamente negativo de una élite económica más interesada en la cultura del pelotazo que en crear riqueza de forma continuada.  Los escándalos de hecho que afectan a nuestras ‘élites extractivas’ no son casualidad. En segundo lugar, y fruto de lo anterior, hay que incidir en que se ha preferido crecer no en base a una industria asentada en el I+D+i, sino en base a políticas especulativas basadas en el mercado interno y orientadas de manera obsesiva hacia la construcción y el crédito desaforado y endeudamiento privado. Y en tercer lugar, unas políticas económicas nefastas que han alcanzado su culmen con el señor Rajoy. Respecto a esto último, tal vez haya que empezar a pensar que ha tenido más trascendencia la ideología neoliberal y sumamente derechista del gobierno, que unas políticas económicas que se sabían fracasadas de antemano, y que así lo han hecho.

Las consecuencias de todo esto, todavía están por ver. Pero, desde luego, la cohesión social está en trance de desaparecer. Y si la cohesión social desaparece todo puede pasar. Incluso lo que las ‘elites extractivas’ no han previsto.