Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.
El otro día descubrí que en un remoto lugar de mi universidad están realizando una obra. Sorprendentemente, hace más de un año que no se inicia ninguna, y me comentaron que están construyendo una casa bioclimática, que supongo que participará en algún certamen internacional sobre la eficiencia energética en viviendas. Sin duda, esta es una de las tendencias que revolucionará el mundo de la construcción (en el momento que vuelva a funcionar).
En un sistema energético dominado por energías no renovables y en manos de un oligopolio, el reto de la energía es, posiblemente, el mayor al que se enfrenta la civilización moderna. El uso de la energía está altamente correlacionado con el nivel de bienestar de una sociedad, ya que la luz artificial, que permite trabajar o divertirse sin depender de la luz solar, los ordenadores, omnipresentes en todos los ámbitos de la sociedad, o la climatización de viviendas y entornos laborales, que permite ir en manga corta en invierno y resfriarse en verano, requieren una gran cantidad de recursos e ingenio. Sin embargo, la energía es un recurso escaso y puede serlo aún más. Aunque una fuente de energía ilimitada sería una posible solución, ahora mismo solo existe la vía de la eficiencia energética y del ahorro.
La vivienda es uno de los espacios en los que se ha de producir ese progreso, ya que es un foco de despilfarro de energía muy importante. El uso de luz, calefacción, agua… Todo esto contribuye a una eficiencia energética más bien baja. Sin embargo, con estas investigaciones se pretende no sólo crear una casa que se pueda autoabastecer de energía, sino que además pueda producir excedentes de energía para poder utilizarlos para otros quehaceres.
Además de sistemas para aprovechar la energía solar para producir electricidad con la que iluminar la casa con luces LED muy eficientes y electrodomésticos de bajo consumo, la casa aplica sistemas de agua saliente sanitaria mediante paneles solares en el tejado que permite obtener la mayor parte de la demanda del hogar. También la edificación juega un papel muy importante. España es un país cálido, donde es más importante evitar el calor en verano que el frío en invierno, por lo que la casa se ha diseñado con protecciones que evitan que se caliente y sistemas para que la temperatura no se incremente, mediante un sistema de ventilación basado en la diferencia de temperatura que permite que el aire circule de un lado a otro de la casa, donde el aire frío entraría por las aberturas situadas a ras de suelo, se iría elevando conforme cogiese temperatura dentro de la casa, y acabaría saliendo por el otro extremo de la vivienda a través de aberturas situadas en el techo. Además se ha tenido en cuenta el uso de materiales reciclables y con una gran capacidad de aislamiento térmico, para disminuir el consumo de calefacción.
Toda esta tecnología tan eficiente también tiene sus problemas, ya que en la actualidad construir pisos con estas tecnologías es complicado, y junto con el precio pueden ser debilidades. Sin embargo, nos movemos hacia un entorno en el que, aunque solo sea por presión económica, es necesario cambiar el uso de los edificios y la tecnología disponible. Vamos a ver cada vez más buena climatización, buenos materiales de construcción o fachadas fotovoltaicas para hacer un uso más eficiente de la energía y disminuir el consumo energético. Como siempre, comentarios abiertos para dudas, opiniones… Hasta la semana que viene.
































