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sábado, 20 de diciembre de 2025 | Última actualización: 00:24

Rumbo equivocado del Gobierno

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Aunque a menudo he dicho que lo único positivo (entre mucho negativo) del Gobierno de Rajoy ha sido el enfoque de la situación macroeconómica que heredó de Zapatero, tengo que apuntar ahora, una vez solucionado lo realmente necesario e imprescindible que era recuperar el crédito internacional, que el segundo paso no veo que se dé.

Tan urgente y trascendente como eso, sigue siendo la reducción de nuestra Deuda Pública a fin de evitar el montante desorbitado que tenemos que seguir pagando a nuestros acreedores cada día, ya sean inversores extranjeros, españoles, o incluso nuestro sistema financiero nacional, que se está recuperando de una situación caótica, gracias a un sabroso diferencial de entre 4 y 5 puntos, entre el costo del dinero que le proporciona el Banco Central Europeo a un interés que ronda el 1 % anual , y la rentabilidad que le garantiza la Deuda Pública del Estado Español, tanto a corto como a medio y largo plazo, que ha llegado a estar al 6 %.

La Banca no necesita complicarse excesivamente la vida asumiendo riesgos innecesarios, cuando tiene ese diferencial conseguido y con la garantía del Estado.

Pero yo me pregunto:

¿Quién  es el Estado español?

Si no estoy obcecado, somos todos los españoles.

O sea que entre todos asumimos la garantía de pagarle a la banca española a través de nuestros impuestos, ese diferencial y a la vez recibimos en  reciprocidad un trato tremendamente injusto, ya  que el dinero que debería de entrar en el circuito económico empresarial, para facilitar al engranaje industrial y comercial español la fluidez imprescindible para su normal desarrollo, en vez de canalizarse a ese fin, se destina a seguir generando mayor endeudamiento cada día y por tanto mayores necesidades para cubrir unos intereses nada trabajados, ni fruto del menor riesgo empresarial, para el sistema financiero español.

He leído en diferentes medios de comunicación especializados en temas de economía, que durante 2014, previsiblemente el Estado va a tener unas necesidades de financiación adicionales estimadas en más de 200 millones de euros diarios.

De ser cierto, me pregunto cual va a ser la progresión de nuestro sistema impositivo, para poder  cubrir el pago de los intereses adicionales correspondientes a esos 75.000 millones de  euros, mas una razonable amortización de las deudas vencidas.

Creo que nos estamos deslizando por una peligrosa pendiente, que nadie quiere ver donde nos va a llevar.

Esa situación, llevada a una economía familiar, sería evidentemente una calamidad que acabaría con la familia arruinada, sus miembros desahuciados y teniendo que dormir a la luz de la Luna, y alimentarse de lo que pudieran ir consiguiendo de la caridad ajena.

Pero una familia de 42 millones de personas, tendrá que encontrar soluciones menos drásticas, y más inteligentes.

Mi mayor problema, es que no soy un optimista visceral y en base a lo que sé y he vivido, la situación tiene muy mala solución, porque quienes nos gobernaban pensaron que todo el bosque era orégano y quienes nos gobiernan no tienen ni el valor ni la lucidez mental para cortar por lo sano, sonrojándose una vez, en vez de pasarse varios años en el filo de la navaja de una quiebra del Estado, y amarillentos de pánico.

Mientras no se reduzcan todos los gastos prescindibles en la Administración del Estado, y no se eliminen todas las estructuras innecesarias e improductivas dentro de la misma, no van a poder solucionarlo.

Sé muy bien, que de momento eso conllevaría algún millón más de parados a cobrar el desempleo.

Pero siempre será más barato empezar a pagarles ahora sabiendo que en 2 años que es el plazo máximo de prestación por desempleo, dejarían de ser una sangría, y como mucho apenas nos costarían unos pocos cientos de euros al mes, que seguir pagándoles los sueldos que cobran hoy durante más años sin la menor productividad, sabiendo que al final la situación será exactamente la misma.

¿El precio a pagar por eso?

Posiblemente la pérdida de apoyo al PP por parte de aquellos votantes que están disfrutando de esa situación de privilegio, aunque paralelamente recibiría el apoyo incondicional del resto de los españoles, que acabaríamos convenciéndonos de que por fin:

Un gobierno ha gobernado sin egoísmos partidistas.

Mucho me temo, que no caerá esa breva, visto lo visto hasta hoy.