Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Puestos a enumerar los que en mi opinión son los más evidentes, los iré exponiendo uno a uno, argumentándolos:
Estructura institucional excesiva
No hacen falta excesivas explicaciones sobre este punto, ya que la inmensa mayoría de los españoles, que no viven de los Presupuestos Generales del Estado, y por lo tanto no se aprovechan de ningún modo de esas estructuras sobre dimensionadas, y sobre retribuidas, coincidimos que sobran en gran medida.
Tanto por sus dimensiones como por los costos salariales que se conceden a ellos mismos y a sus congéneres de la casta política en el poder, tanto en la administración central del Estado, como en las autonómicas en incluso en las provinciales y municipales.
Sólo decir que reduciéndolas en la medida adecuada, y conservando exclusivamente las imprescindibles para el buen funcionamiento de la maquinaria del Estado, podría solucionarse en gran medida el desproporcionado desequilibrio presupuestario que sigue engordando cada año, hasta adquirir unas dimensiones irracionales que acabarán arruinando nuestra democracia.
Déficit público y deuda pública y privada insoportables
En cierto modo, este problema ya viene explicado en el punto anterior por lo que se refiere al déficit público que aunque se ha modulado en los últimos años en su crecimiento, sigue aumentando lo que lleva aparejada irremediablemente la bola de nieve de la deuda pública.
Respecto a la deuda privada, el Gobierno debería de regularla y tratar de reducirla a niveles sensatos, aunque con esa regulación o sin ella, se va contrayendo perceptiblemente por la política restrictiva de crédito del sistema financiero español, a través de la banca privada.
La insaciable voracidad de financiación oficial para adquirir deuda pública del Estado, tiene dos efectos perversos, ya que por una parte aumenta los costos financieros a pagar cada año al aumentar dicha deuda, y por otro resta financiación a la iniciativa empresarial privada, con la consiguiente creación de puestos de trabajo.
Tasa de desempleo inadmisible
Esos niveles que oscilan hasta ahora entre el 25% y 27% son impropios de una economía europea sana.
Pero la enfermedad se ha convertido en endémica, y no se vislumbra la forma de reducirla de una manera importante.
Sin duda el porcentaje no es real, ya que de serlo no se podría vivir en España.
La economía sumergida supera el 30% según estudios fidedignos, y esa es la razón de ir trampeando, aunque eso no les sirva de consuelo a quienes sufren en sus carnes el drama del desempleo, sin el efecto paliativo de la economía sumergida.
Es imprescindible reducir en gran medida ese 30 %, para poder generar al Estado los ingresos correspondientes a través de los impuestos que aflorarían.
Y a la vista de lo explicado, y ante la imposibilidad de exprimir más a los españoles que se mantienen en el mercado real, la conclusión es bien evidente:
Es imprescindible recortar todos los gastos superfluos, en vez de incrementar los impuestos que ya son confiscatorios, en muchos casos
Y mientras Rajoy no quiera percatarse de algo tan evidente, no acabará de solucionar los problemas económicos y financieros de España.
Y lo más chocante y vergonzoso que veo cada día en los medios de comunicación es la desvergüenza con la que Rubalcaba le dice al actual Presidente del Gobierno, lo que debe de hacer en cada momento ante cada problema que le va surgiendo, para solucionarlos.
Él que ha estado más de cinco años como ministro y dos como presidente del Gobierno, y nos ha hundido en la miseria con decisiones absurdas e incomprensibles, ahora parece disponer de soluciones para todo.
Con eso lo único que consigue es que el granero de votos del socialismo español, cada día se vaya vaciando, ante tanta demagogia incomprensible.
































