Andrés Querol/Vicente Pla/Castellón Información
Nerea Fernández, explosividad desde el extremo izquierdo en el Club Deportivo Balonmano Castellón. Rapidez en sus desplazamientos para desequilibrar a sus oponentes tanto en defensa como en ataque. Sus inicios se remontan como casi todos los componentes del conjunto castellonense a su etapa colegial: “Era un equipo mixto y como dato curioso decir que comencé a jugar con Samuel Ibáñez que ha jugado en la División de Honor masculina”.
Comienza en el Almassora y siempre ha tenido que jugar en categorías superiores a su edad, estando en Cheste y en edad cadete: “Vino Luis Molina y me convenció del proyecto, porque pretendía formar un grupo con aspiraciones de cara al futuro, ahí coincidí con Alba Sales, Noelia López, Rebeca Castell, etcétera. Se formó un equipo con garantías, se comenzó con el trabajo de base y comenzamos una historia que puede terminar esta temporada con el deseado ascenso”.
Llega muy pronto al equipo sénior de la mano de Susana Pareja y después de disputar la final del Campeonato de España de cadetes “yo no me sentía cómoda porque pensaba que hacía en la pista con el primer equipo cuando había delante jugadoras más experimentadas que yo, pero pronto me aceptaron como una más de la plantilla y me sentí integrada desde el inicio”.
Ha pasado el tiempo y Nerea ha ido asimilando enseñanzas de todos los entrenadores, desde la práctica matemática y controlada de unos, hasta el método con más libertad. La jugadora, que sigue en su posición, y con la esperanza de lograr el objetivo propuesto. Ella nos lo cuenta: “Este año creo que sí porque el año pasado la lesión de Noelia López nos hizo crecer bastante al tener que asumir su cuota de responsabilidad. Nos ha unido más a la hora de competir, tenemos más experiencia y creemos totalmente en lo que hacemos en la pista”.
El equipo tiene fe en sus posibilidades, sabe de la dificultad que entraña un sector. Las jugadoras son conscientes de la responsabilidad, que la concentración total en cada partido y durante todos los partidos del inicio, hasta el pitido final tiene que ser total.
En toda historia deportiva y más en el balonmano, hay momentos duros, para Nerea fue estar en el Balonmano Sagunto cuando mediada la temporada se rompió la temible ‘triada’, ligamentos cruzados y menisco: “El golpe fue durísimo porque deje de volar, además el equipo desapareció y pensé que había finalizado mi tiempo como jugadora. Visto con la perspectiva actual creo que todo pasa por algo y ahora solo pienso en alcanzar el objetivo, como el resto del equipo y la afición que nos ha venido apoyando a lo largo de toda la temporada”.
Por nuestra parte desear que la próxima vez que hablemos con ella, lo hagamos con una jugadora que la próxima temporada pueda disputar la Liga Loterías, la Liga de la División de Honor del balonmano nacional jugado por mujeres.
