El hallazgo no condicionará las obras del Centro de Envejecimiento Activo financiado con fondos europeos
El Ayuntamiento de Castelló conservará la entrada al refugio de la Guerra Civil, encontrado tras la demolición del interior de la antigua Casa de la Cultura de Antonio Maura. El hallazgo no condicionará los trabajos de construcción del Centro de Envejecimiento Activo, que se edifica con la cofinanciación de los fondos europeos.
Esperanza Molina / Castellón Información
Como ya ha publicado en numerosas ocasiones Castellón Información, el subsuelo de Castelló se encuentra agujereado como un queso de Gruyere.
Bombardeada por mar, por tierra y aire durante la Guerra Civil Española, la capital de la Plana se defendió como pudo, y una de las fórmulas utilizadas fueron los refugios subterráneos que se construyeron bajo la superficie. Está documentada la existencia de refugios en numerosos puntos del casco urbano: la calle Cataluña, por debajo del Parque Ribalta y la Farola, bajo el Instituto Ribalta, la Plaza Tetuán, Santa Clara, calle Navarra, avenida de Lidón y calle En medio, entre otros.
Cuando las sirenas sonaban y alertaban de los bombardeos, los vecinos corrían hasta el refugio más cercano a sus viviendas. Pero no todos hicieron lo mismo. Las características del subsuelo arcilloso, facilitó también que muchos vecinos excavaran su propia entrada desde el suelo de sus viviendas.
Hay entradas localizadas, pero otras muchas no, y de vez en cuando, cuando se realiza una obra en el centro, surge la sorpresa.
Algo así fue lo que ocurrió el pasado mes de agosto, durante la demolición del interior de la antigua Casa de Cultura de la calle Antonio Maura.
Cuando se retiraron los escombros se encontraba la entrada a uno de estos refugios, concretamente el situado bajo la calle Enmedio.
Según manifestaba el portavoz del equipo de gobierno y concejal de Urbanismo, José Luís López, se trata de una entrada en no muy buenas condiciones, que conecta con aquel antiguo refugio. Era de aquellos que se excavaron en tierra, sobre el suelo, con escaleras aseguradas por cabirones de madera, que se pudrieron con la humedad y el paso de los años.
No tiene un valor excesivo como refugio, pero si como resto histórico de la Guerra Civil. Del refugio de Enmedio tampoco queda demasiado, un túnel con muchas paredes de ladrillo de los edificios que fueron renovando la ciudad.
El hallazgo ha sido comunicado a Cultura para documentarlo en su totalidad. No se avanzará por el túnel, aunque si se respetará la entrada debidamente protegida por seguridad.
La fortuna ha querido que la entrada de este refugio no condicione el proyecto del centro de Envejecimiento Activo que se edifica en estos solares. Al ser una obra cofinanciada por fondos europeos, hubiera sido complicado modificar el diseño y los trabajos de construcción.
El centro Municipal de Cultura de Antonio Maura ocupaba varios solares que recaen en las calles Enmedio, Antonio Maura e Isabel Ferrer. Por sus condiciones se trataba de un inmueble parcialmente protegido. De esta forma, se tienen que respetar las fachadas, la capilla y posterior Salón de Actos.
Cultura concedió licencia condicionada a la revisión arqueológica del suelo, y su debida documentación. La construcción del nuevo edificio supone una inversión superior a los 3,3 millones de euros, financiados al 50% por la Unión Europea.
Centro de Envejecimiento Activo
La planta baja acogerá un punto de orientación e información, la cafetería, un salón de actos para cien personas, una sala de exposiciones y zona housing. La primera planta desplegará un área de actividades lúdicas, una sala de lectura y otra de estudio y dos aulas polivalentes. El gimnasio, una sala de actividad física, el servicio de peluquería, fisioterapia y podología, junto a talleres polivalentes y una zona de estimulación sensorial, se ubicarán en la segunda planta. La tercera estará reservada a despachos, sala de reuniones, el área de dirección y administración y una sala de ensayos insonorizada. Otro de los atractivos del nuevo centro es la recuperación de la azotea, donde se implementarán terrazas y zonas de descanso y un huerto urbano.
Desde el punto de vista arquitectónico el proyecto destaca por su complejidad, al tratarse de cuatro edificaciones inicialmente independientes que serán integradas en un inmueble único y 100% accesible. Se preservan también las fachadas dado el grado de protección del inmueble.
Como elementos singulares, el nuevo Centro de Envejecimiento Activo y Saludable de Castelló contempla una red de patios interiores para aportar luz natural y ventilación a todas las estancias.
Teniendo en cuenta la perspectiva de género y las condiciones físicas de las personas mayores, se han dispuesto servicios higiénicos generales en cada planta separados por sexos y aseos adaptados específicos; así como zonas de circulación horizontal evitando recorridos largos y acotándolos con espacios de espera y una cuidada iluminación. Prima además la instalación de puertas automatizadas.
El futuro centro busca optimizar las oportunidades de salud, participación social y seguridad de las personas mayores que promueve la OMS para garantizar un envejecimiento activo. También mejorar su calidad y esperanza de vida saludable y ampliar su red de apoyo social.
