El propietario del lugar asegura que han contado con todos los permisos necesarios de la Generalitat
Castellón Información
El Camping Resort Bravo Playa situado en la Ribera de Cabanes ha sido el primer lugar en toda la Comunidad Valenciana en poder celebrar actos taurinos. El propietario del lugar, Fernando Fellonosa, asegura que han contado con todos los permisos necesarios de la Generalitat Valenciana y, por supuesto: “todas las medidas de sanidad indicadas por la Generalitat”. Así pues, parece mentira, pero no lo es: este camping ha conseguido llevar a cabo este acto en medio de una pandemia. El espectáculo se celebró entre las 20:00 horas y las 21:00 horas de la noche y contó con la presencia de la alcaldesa de Cabanes.
La incertidumbre es una palabra con la que se puede definir maravillosamente la situación en la que se encuentra, prácticamente, todo el mundo. En esta situación se encontraba ayer Fellonosa, ya que explica que hasta el día anterior, la Generalitat no les había informado si podrían llevar a cabo el acto: “pero nosotros ya lo teníamos todo previsto”. Finalmente, el mismo día por la mañana, el cámping recibió el beneplácito de la institución valenciana.
Esta incertidumbre también se hace extensible a los propios ganaderos. En este caso, Fellonosa ha querido recalcar la gran labor de German Vidal Cabanes, quiénes hasta ahora, todos los miércoles del verano, les facilitaban el ganado. Fellonosa espera, por su parte, que este primer festejo sea el primero de muchos ante los malos meses que han pasado los ganaderos: "llevan cuatro meses sin ingresar un euro y muchos, se tendrán que deshacer del ganado", lamenta el propietario del camping, quién también desea que las instituciones pongan también de su parte.
¿Qué tipo de medidas se han llevado a cabo?
La plaza de toros situada en este camping de la Ribera de Cabanes cuenta con un total de 900 asientos y este aforo se tuvo que reducir a menos de la mitad: “nos permitieron 434, de hecho, hubo gente que se quedó fuera”, explica Fenollosa y para permitir que todo el mundo pudiera gozar del acto: “conforme unos iban saliendo, otros entraban, para seguir cumpliendo con las normas sanitarias”.
Además, el propietario narra que el recinto estaba cerrado, tenían contratada a una ambulancia, al médico, las personas llevaban mascarilla (excepto los recortadores) y por supuesto, todas las familias estaban separadas entre sí. Fenollosa valora que no hubo ningún problema y que todo el mundo se comportó.
Eso sí, el acto no pudo contar con la charanga porque es de Canet lo Roig y no se pudieron desplazar hasta el lugar debido a un pequeño brote entre estos municipios. Porque, como relata Fenollosa, lo principal es preservar la salud.
