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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 00:44

Brote del temido boca-mano-pie en las escuelas infantiles de la provincia con el inicio del otoño

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Los síntomas que aparecen son fiebre, pérdida de apetito, llegas bucales y granos similares a los de la varicela sobre todo en las extremidades 

Castellón Información/S.N.

La vuelta al cole es motivo de alegría para muchos, ya que después de un verano, que se acaba haciendo largo, los más pequeños vuelven a tener una rutina, además de socializar de nuevo y continuar con su proceso de aprendizaje. No obstante, no hay quien se libre de los virus, plagas de piojos y gripes, además del querido coronavirus. En los últimos días, las consultas de pediatría se han llenados de niños y niñas afectados por el temido boca-mano-pie, del que se han producido un gran número de casos en varias escuelas infantiles de Vila-real, Benicàssim y otros municipios de la provincia de Castellón.

Esta patología, común en los bebés y niños menores de 5 años, puede afectar también a jóvenes y adultos gracias a su elevado componente vírico. Lamentablemente, no existe vacuna que proteja de sus principales síntomas, estos suelen desaparecer en un plazo de 7-10 días sin necesidad de tratamiento médico. En los peores casos, puede conllevar complicaciones como la caía de las uñas de pies y manos o lesiones bucales dolorosas

Fiebre, pérdida del apetito y granos o ampollas en manos, pies y zona peribucal 

Con la llegada del otoño puede ocurrir que los más pequeños padezcan episodios de fiebre, pérdida de apetito, dolor de garganta, llagas dolorosas en la boca, o sarpullidos que pueden derivar en ampollas en plantas de pies y palmas de las manos, rodillas, codos e incluso zonas genitales. Son síntomas claros de la enfermedad ‘boca-mano-pie’, una patología causada por diferentes virus (el más frecuente es el Coxackie A16) y cuya prevalencia se da sobre todo en otoño por el propio virus y por el inicio de la temporada escolar.

Síntomas 

Los síntomas descritos anteriormente (fiebre, pérdida de apetito, llegas bucales, etc) no aparecen, por norma general, todos juntos, sino que van sucediéndose por etapas no permaneciendo, por norma general, más de 7/10 días en nuestro organismo. De igual forma, este virus se puede transmitir entre diferentes personas, incluso sin que el afectado perciba aún ningún síntoma claramente. El virus se encuentra, normalmente, en las secreciones de nariz y garganta, saliva, líquido de las ampollas o en las propias heces de los bebés. Por esta razón, podemos estar infectados y, sin percibir aún ninguno de los síntomas, propagar la enfermedad a través de gestos tan cotidianos como dar besos o abrazos, compartir vasos o cubiertos, estornudar o cambiar los pañales de nuestros hijos. 

Sin tratamiento específico ni vacuna, la mejor solución es la higiene width=

Actualmente no existe ninguna vacuna que proteja contra esta enfermedad ni hay un tratamiento específico para la ‘boca-mano-pie’, sólo sintomático mediante antitérmicos y analgésicos.

Pero la buena noticia es que se puede reducir el riesgo de infección adoptando unas sencillas medidas de higiene, como lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón durante 20 segundos, especialmente después de cambiar pañales, ayudando a los niños pequeños a hacer lo mismo.Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca si no nos hemos lavado las manos.

  • Evitar el contacto cercano, como al dar besos o abrazos, o compartir los vasos y los cubiertos con las personas que tengan la enfermedad.
  • Desinfectar las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia, como los juguetes y las manijas de las puertas, especialmente si alguien está enfermo.

Complicaciones graves: poco frecuentes pero existentes

Una complicación rara de la enfermedad ‘boca-mano-pie’ es la caída de las uñas de las manos y de los pies (denominada onicomadesis) a las pocas semanas de la curación de la enfermedad. Es reversible, dado que las uñas vuelven a crecer normalmente después. En casos de lesiones bucales muy intensas y dolorosas, el niño puede rechazar la alimentación y la ingesta de líquidos, lo que en raras ocasiones podría producir una deshidratación. Por último, y de forma excepcional, algunos tipos de enterovirus (E-71 y D68) pueden producir complicaciones muy graves como encefalitis, parálisis, edema pulmonar o complicaciones cardíacas. Los recién nacidos, por un sistema defensivo muy inmaduro, son más propensos a sufrir las formas más graves de estas infecciones.