Estos negocios se han multiplicado en el último año ante la creciente demanda ocupando locales que antaño regentaban firmas con un marcado carácter local
El pequeño comercio atraviesa una de sus etapas más complicadas, plagada de vicisitudes y retos que para muchos son inalcanzables. Las persianas bajadas y los carteles de ‘Se alquila’ se cuentan por decenas en las principales arterias comerciales de Castelló, como es el caso de la calle Enmedio, Colón o Alloza. Allí, se amontonan los locales vacíos de tiendas y negocios de proximidad que se han visto obligados a echar el cierre al no poder competir con las grandes superficies y los nuevos hábitos de consumo.
El e-commerce y la ‘migración’ de grandes firmas a centros comerciales han acelerado el declive del comercio en el centro de la ciudad, que debe reinventarse o morir. Y muchos se quedan en el camino. Sin embargo, existe un sector que en los últimos años no para de crecer.
Hablamos de los negocios de estética, que viven su momento más dulce. Expandidos de punta a punta de la ciudad, los salones de uñas y belleza se han multiplicado en el último año, con la apertura de más de una veintena de negocios que se han instalado en pleno centro ocupando locales que antaño regentaban firmas con un marcado carácter local.
Es el caso de la calle Enmedio, que hace tan solo unos meses sumó uno de estos salones a los cinco ya existentes, o la calle Mayor, que próximamente albergará una academia de formación que ofrecerá cursos y másteres para especializarse en este sector que no para de crecer. Ante este ‘boom’ del negocio de la belleza la pregunta es clara: ¿Se trata de una moda pasajera o un negocio en plena expansión?
Mauro Gómez, vicepresidente de Confecomerç, apunta a que este auge se basa en la oferta y la demanda. “Hay un cambio en los hábitos de consumo y nuevas modas”, indica el responsable, quien advierte que “hay cabida de sobra para este tipo de negocios” y que “lo importante es que estén los comercios abiertos”.
En cuanto a la proliferación de los salones de uñas en el centro, Gómez alude a la características que ostentan los locales en estos céntricos viales, “con unos determinados metros cuadrados que se adecúan a las necesidades de este tipo de negocios”.
Con todo, el responsable de Confecomerç apunta a que “lo que no podemos es tener comercios que no tengan demanda. El comercio tiene que adecuarse a las circunstancias y hábitos actuales” de la ciudadanía.
“El centro de las ciudades está en crisis”
Que el comercio local atraviesa dificultades no es una noticia nueva. Gómez desvela que “la situación no es buena” y señala la necesidad de “un reajuste en la actividad comercial para que la gente vuelva al centro”. Algunas de las soluciones pasarían por ofrecer facilidades de aparcamiento y de acceso al centro. “El centro tiene que estar más abierto de lo que está y tiene que ser más fácil llegar a él”, subraya.
Se trata de una situación que se expande en todo el territorio nacional. “El comercio está reajustando su oferta a la demanda actual y esto provoca que los centros de las ciudades estén pasando por una crisis”. Y a este panorama se suma el traslado de las tiendas a las grandes superficies y el e-commerce, “que hacen mucho daño al comercio físico”.
Gómez destaca que “estamos en diálogo constante con el Ayuntamiento” y aunque “sí hemos notado una mayor afluencia de gente en el centro, a nivel de ventas en ciertos negocios se refleja y en otros no”. Y advierte: “Este año es fundamental para ver la inercia que toma el comercio de la ciudad”.
