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viernes, 3 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:30

Betxí se vuelca con el primer Red Bull Motorets, con el piloto Joan Barreda como anfitrión

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Omar Piquer y Jose Cifuentes se han impuesto, por estrecho margen en la final, a José Vedrí y Andrés Ramírez

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Un motocultor nunca lo hubiera imaginado. Acostumbrado a la vida y los rigores del campo y el trabajo agrícola, pasar a formar parte de una competición de velocidad parecía inverosímil. Pero desde hace 27 años, los aficionados al motor en Betxí se empeñan en demostrar que lo artesanal no está reñido con el espíritu competitivo. Los participantes de Red Bull Motorets, que se celebra como parte del tradicional rally de Transbetxí, han podido desfogarse tras un año poniendo a punto sus máquinas y esperando el momento de demostrar que una máquina de campo da para mucho más de lo que parece.

Por primera vez, los equipos de motocultores se enfrentando uno contra uno sobre la pista, en esta competición con formato de carrera de campeones. Tras una fase de clasificación completada por el medio centenar de equipos que compite en Transbetxí, los ocho más rápidos a este lado de la costa levantina se han medido en duelos directos hasta que sólo ha quedado uno.

Transbetxí

Ése ha sido el de Omar Piquer y Jose Cifuentes, ganadores del primer Red Bull Motorets. Los miembros de la escudería Cartonages la Plana se han impuesto por estrecho margen en la final a José Vedrí y Andrés Ramírez, veteranos por estas lides. “La final ha sido muy ajustada. Hemos tenido que aprender el circuito sobre la marcha, porque no habíamos rodado en él, pero ha sido muy chulo”, ha dicho Omar.

Embajador de altas revoluciones

Por si el circuito, con multitud de saltos y zonas rápidas, no les causaba suficiente emoción, los equipos de Red Bull Motorets han contado con otro aliciente; la presencia del piloto de raids Joan Barreda. El castellonense no quiso perderse la prueba y sus paisanos se lo agradecieron, cediéndole incluso uno de los motocultores para que probara las sensaciones de estas peculiares cuatro ruedas durante una vuelta. “Ha sido intenso y divertido. Al final, cuando quemas gasolina sienta la adrenalina y me lo he pasado muy bien. La verdad es que tiene mucho mérito lo que hacen los equipos durante la competición y el resto del año, preparándose para este día”, ha reconocido Joan, al que no han cesado de pedirle fotos y autógrafos.

Y es que la pasión por la gasolina se comparte, ya pilotes una sofisticada moto ‘devora desiertos’ o una de estas máquinas que un día araron el campo y hoy levantan gravilla.