Begoña Carrasco García. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón. Presidenta del PP de Castelló de la Plana
Deseo que que el 2022 sea mejor para para la ciudad de Castellón y los castellonenses. Mejor que un 2021 que ha sido duro, muy duro, en lo económico y en lo sanitario. Frente a una cuesta de enero, que ya advierten se va alargar hasta el verano, lo deseable sería que el Ayuntamiento, como administración más cercana, se volcara con la ciudadanía auxiliando a las economías domésticas que tanto lo necesitan.
Ayudando de verdad a las familias que no llegan a fin de mes, a los autónomos que no pueden contagiarse de Covid porque supone su ruina, a las pequeñas empresas que sobreviven a duras penas para no cerrar, como han hecho muchas, y a las que suman mayor número de trabajadores amenazadas con subidas inasumibles de costes como el gas. Lo están sufriendo nuestras empresas cerámicas y no saben cuanto tiempo podrán aguantar.
El mejor regalo de Reyes hubiera sido bajar impuestos. Rebajar la presión fiscal y dejar de ser la segunda ciudad española que más IBI cobra por habitante, por detrás de Madrid y empatada con Barcelona, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Pero no, el gobierno municipal de PSOE, Compromís y Podemos se niega pese al encarecimiento de la vida. Con la luz de récord volviendo a rozar hoy los 200 euros el megavatio hora; con el gas y la gasolina más caras,...hasta el pan se ha encarecido por el incremento del coste de las materias primas que hacen cada vez más difícil llenar la cesta de la compra.
Ellos seguro que no lo notan con la subida de sus sueldos un 50% nada más llegar al gobierno y, tampoco la crisis económica que ha hecho aparecer las ‘colas del hambre’ en nuestra ciudad. Porque viven ajenos a las necesidades vecinales, anuncian obras millonarias que en estos momentos nadie pide, como la reforma de la Avenida de Lidón (3,3 millones); la reforma de la plaza La Paz (834.000 euros) y activan un sistema de cámaras de acceso al centro recaudatorio que va a seguir esquilmando el bolsillo de los castellonenses.
No atienden los problemas que denuncian los vecinos, como el incremento de la delincuencia un 30%, la falta de luz que no contribuye a pasear sintiéndose seguro por las calles después de haberse gastado el triparto 10,5 millones en el cambio de luminaria pública o el colapso en los centros de salud, como Palleter o Fernando el Católico, con personal y pacientes hartos de ser ninguneados y olvidados pese a estar inmersos en una pandemia.
Deseo que el 2022 haga entrar en razón a los socios de gobierno y dejen de dar la espalda a la ciudadanía. Castellón necesita más que nunca un gobierno que esté a la altura para que de verdad el 2022 sea el año de la recuperación. ¡Feliz noche de Reyes!
































