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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 23:10

Tenía tanto miedo, que atrancaba la puerta con la lavadora para que no pudiera entrar a agredirla

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Condenado a dos años y 6 meses por quebrantar la orden de alejamiento de su mujer a la que tenía aterrorizada

La Audiencia ha condenado a un hombre que tenía aterrada a su familia (esposa e hijos menores), cuando quebranto el domicilio familiar pese a que tenía dictada una orden de alejamiento. Su mujer vivía con tanto miedo, que atrancaba la puerta con la lavadora y hasta con una botella de butano. Pese a todo, el hombre consiguió entrar a la vivienda y amenazó la mujer con matarla si llamaba a la policía.

Castellón Información

La Audiencia Provincial ha condenado a un varón por un delito de allanamiento de morada con agravante de incumplimiento de medida cautelar de alejamiento, de parentesco y de ‘coacciones leves’.

Así contada, la historia no dice mucho, pero cuando se sigue el proceso y los hechos de los que el varón ha reconocido su autoría, el relato pone los pelos de punta. Se trata de un caso de violencia de género que no puede dejar indiferente a nadie.

El hombre, que ahora tiene 46 años, esta casado y cuatro hijos menores con su esposa a los que mantenía tan aterrorizados, que vivían con la puerta de la calle atrancada con la lavadora para evitar que el hombre accediera a la vivienda.

La situación de desesperación de esta familia (mujer e hijos) fue conocida a raíz de una denuncia por violencia de género. El 12 de abril de 2020 el Juzgado de Instrucción nº 6, que era el que estaba de guardia, dictaba un auto de protección para la mujer, en la que imponía al acusado medidas cautelares de alejamiento. El hombre tenía prohibido acercarse a menos de 300 metros de su esposa, su domicilio familiar, el lugar de trabajo de la mujer o cualquier otro lugar frecuentado por ella. El Juzgado atribuyó a la mujer la guardia y custodia de los hijos y prohibió también el régimen de visitas del marido.

El terror que padecía esta mujer no debía ser poco, pese a que el hombre había retirado sus pertenencias del domicilio, acompañado por la policía, y tenía orden de alejamiento, la esposa atracaba la puerta de la casa con la lavadora e incluso con la botella de butano.

Allanamiento de morada

El 3 de junio de 2020, sobre el mediodía, el hombre se dirigió al que había sido domicilio familiar “donde se encontraba su esposa e hijos, comenzando a aporrear la puerta y a gritar que le abrieran. Tras decirle la esposa que no le iba a abrir comenzó a dar patadas a la puerta para abrirla, no consiguiéndolo ya que, desde que el abandonó el domicilio, la esposa colocaba una lavadora y otros enseres tras la puerta por el temor que sentía hasta que, finalmente, el acusado abandonó el lugar”.

Horas más tarde, “sobre las 1 horas del día 4 de junio de 2020, regresó al citado domicilio, comenzando a dar patadas de nuevo con la misma intención de abrir y entrar sin el consentimiento de T. despertándose ésta y los menores. Tales fueron los golpes que la cerradura venció y la puerta quedó entreabierta, comenzando el acusado a empujarla para abrir y la Sra.  y los niños empujando en sentido contrario para que no lo consiguiera, hasta que aquel consiguió abrirla, tras desplazar la lavadora citada anteriormente y una bombona de butano que también había puesto encima, al tiempo que gritaba que "si llamaba a la policía la iba a matar". El acusado entró en la vivienda, sin la autorización de su moradora y se dirigió hasta el comedor.

Dado el terror que sentía, la mujer intentó huir de casa. No lo consiguió porque se le enganchó la ropa en la cerradura desvencijada.

“La agarró, tirando de ella de los brazos hacia el interior de la vivienda. Para ganar tiempo, la Sra. dijo a su marido que moviese la lavadora, y al intentar este moverla, la Sra.  consiguió zafarse y huir de la vivienda”.

Como consecuencia de estos hechos, el varón fue encarcelado y se inició el procedimiento de juicio con jurado. EL 1 de diciembre de 2020 se constituyó el tribunal del jurado, pero el juicio no llegó a celebrarse, ya que hubo un acuerdo entre las partes.

El varón confesó la veracidad de los hechos que se han relatado anteriormente, mientras que “El propietario de la vivienda nada reclama por los desperfectos ocasionados en la puerta de la misma”.

Como fruto del acuerdo alcanzado y con la aplicación del Código Penal, el varón ha sido condenado por un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, en concurso medial con un delito de allanamiento de morada con violencia o intimidación, así como de un delito de coacciones leves, a las penas siguientes: dos años , seis meses y un día de prisión, multa de 1.080 euros, y prohibición de acercamiento a la mujer, su domicilio familiar o lugar de trabajo por tiempo de tres años, seis meses y un día.

Además por las ‘coacciones leves’ deberá realizar 31 días de trabajos a la comunidad.