Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado
Estoy totalmente desconcertado, al comprobar con excesiva frecuencia entre mis amigos y conocidos, casos de infecciones de este virus en personas no ya sólo vacunadas dos veces, sino incluso después de haber recibido la tercera dosis.
La única explicación lógica que puedo encontrar ante estos casos, es que con la llegada del cambio de temperaturas tan importante que estamos sufriendo de un día a otro en este Noviembre tan dispar, lo que siempre fueron sencillos resfriados con fiebre o gripes más fuertes con más altas temperaturas, sean ahora diagnosticados en todos los casos como Covid-19.
Con una inmunidad de rebaño tan importante como la que hemos alcanzado en la Comunidad Valenciana, en la que por lo que he leído más del 75 % ya hemos tenido las dobles dosis e incluso los mayores de setenta años en gran medida también la tercera como es mi caso, no parece lógico el proceso que revive en la actualidad.
Si a ello añadimos la vacuna antigripal que ya se viene administrando a todos los mayores, cuando veo en mi entorno cercano estos casos, me preocupa.
No podemos esperar que de la noche a la mañana, no se muera nadie de una gripe común, si tiene afectados otros órganos vitales y por lo tanto mucho menor debería de ser la sorpresa si es de Covid-19, pero tengo la impresión de que incluso a los facultativos les resultará complicado diferenciar un diagnóstico del otro, al pertenecer a la misma familia de virus las dos modalidades.
Cuando uno lee en las noticias o ve la televisión y nos presentan en cada telediario los números de infectados, hospitalizados y fallecidos cada día, hace falta una capacidad de análisis y síntesis muy objetiva para no alarmarse.
Y bastante más si como suele ocurrir con la llegada o proximidad de las bajas temperaturas, llegan a coincidir los procesos de resfriados comunes, con los gripales y catarrales propios de los cambios de estación entre otoño e invierno.
Creo que los medios de comunicación deberían de buscar otras noticias más interesantes y menos alarmantes, para abrir cada día los informativos de primera hora, mediodía y noche.
Entre el volcán de la isla de la Palma y los datos del Covid-19, nos crean a todos los españoles una desazón y malestar físico y psicológico difícil de explicar y soportar.
Por si los políticos que nos gobiernan, no fueran suficiente motivo de preocupación, estos dos temas nos tienen totalmente obnubilados.
Como optimista de naturaleza, llego a pensar que me he convertido en un pesimista mal informado.
Por lo tanto agradecería noticias menos alarmantes y más alegres para permitirme afrontar cada nuevo día con mejor estado de ánimos.
Hasta la semana que viene amigos.
