La Asociación Protectora de la naturaleza Levantina-Ecologistas en Acción (APNAL-EA) de Vinaròs ha realizado este sábado con motivo de la Semana de los Humedales una serie de actividades educativas en la desembocadura del río Senia de Vinaròs y la retirada de numerosos residuos sólidos en el marjal de Peñíscola.
Miembros de APNAL-EA realizaron el sábado 4 de febrero dos acciones relacionadas con la conservación de los humedales que se centraron en la concienciación, educación ambiental y retirada de residuos.
Desembocadura del Sénia
Así, la mañana de dedicó a realizar un recorrido didáctico, de 2 kilómetros, desde el Jardí de Sòl de Riu en Vinaròs.
A la cita acudieron once personas, que disfrutaron del paisaje y su biodiversidad en flora y fauna, realizándose observaciones de aves, explicaciones sobre la flora dominante y su importancia, sondeos de fauna acuática de agua dulce y explicaciones varias sobre los humedales, figuras de protección y problemáticas.
Las especies de aves presentes en el espacio natural protegido fueron diversas, disfrutando de la observación de gaviotas endémicas, como la gaviota de Audouín, y otras como el martín pescador, el cormorán grande, el andarríos chico, el cernícalo vulgar y numerosas especies de paseriformes como estorninos pintos, zorzales, colirrojos, petirrojos, mosquiteros, lavanderas, mirlos y currucas varias.
Majal de Peñíscola
Por la tarde se dedicó a trabajar las problemáticas en el marjal de Peñíscola, zona húmeda catalogada y protegida que forma de la Red Natura 2000 y del Catálogo de zonas Húmedas de la Comunitat Valenciana.
Se analizaron 300 metros de la pasarela de madera que circula desde la avenida Pigmalión hasta el Colegio Público Jaime Sanz, lugar muy transitado por la ciudadanía, con observatorios de aves, y donde los vertidos de residuos son recurrentes y un foco importante de impactos en este espacio natural.
Desde APNAL-EA se dice que “visto que la zona seguía estando repleta de residuos, se precedió, durante una hora, a su retirada. Fueron recogidos y depositados en los contenedores cercanos, 50 kilos de todo tipo de residuos que muy negativamente al entorno y sus especies. Allí campaban a sus anchas, con el beneplácito de la ciudadanía y de sus permisivos gobernantes, botellas de vidrio, latas de aluminio, bolsas de plástico, envases de plástico, bolsas de papel de aluminio, chaquetas, gorros, pelotas, mecheros, mascarillas, condones, tampones, bolsas con excrementos de perros, cigarrillos, cuerdas o ropa”.
Desde el colectivo ecologistas se recuerda que “estos residuos afectan muy negativamente a la calidad de las aguas de la zona palustre, así como a las especies que allí desarrollan sus ciclos vitales. En dicho humedal moran, entre otras, algunas especies de peces en peligro de extinción, como el pez samaruc y el fartet, auténticas reliquias que sólo sobreviven en ambientes de agua dulce no alterada”.
Por último, APNAL-EA cree que “las administraciones no están tomando las medidas adecuadas para proteger el humedal y las actividades educativas y de concienciación son escasas. Además, no se está vigilando para acabar con los reiterados y recurrentes vertidos de residuos, y creemos que la pasarela de madera, desde la avenida Pigmalión al colegio Jaime Sanz, debe contar con vigilancia y debe cerrarse el público por las noches, sobre todo los fines de semana, pues se realizan botellones en la zona de los observatorios”.
