En Almassora sabemos que el bienestar de nuestros vecinos empieza en las aulas, en los patios, en los comedores escolares y, por supuesto, en los hogares. Por eso, cada vez que impulsamos una iniciativa destinada a nuestros niños y niñas, lo hacemos con la convicción de que estamos construyendo un futuro más saludable, más consciente y más responsable para todos.
La nueva edición de Aules saludables es un ejemplo claro de este compromiso. Más de medio centenar de alumnos de cuarto y sexto de Primaria participan en talleres impartidos por dietistas-nutricionistas, profesionales que no solo enseñan conceptos, sino que acompañan a los escolares a través de dinámicas prácticas para que comprendan la importancia de comer bien.
No se trata solo de aprender qué alimentos son más recomendables, sino de entender por qué es tan relevante cuidar especialmente los desayunos y las meriendas, dos momentos que influyen de manera directa en el aumento del sobrepeso infantil. Combatir esta realidad exige actuar desde todos los ámbitos: el educativo, el institucional y el familiar. Como administración, tenemos la obligación de facilitar herramientas que ayuden a tomar decisiones responsables, porque la prevención es siempre la mejor inversión en salud.
Para mí, como alcaldesa, es reconfortante ver que nuestros centros educativos se convierten en espacios donde los hábitos saludables se enseñan, se practican y se interiorizan. Organismos internacionales, como la OMS, señalan a las escuelas como pilares fundamentales para transmitir conocimientos que acompañarán a los niños en su vida adulta.
En Almassora creemos firmemente en esta visión. Aules saludables no es un programa aislado, sino parte de una estrategia más amplia que apuesta por el bienestar integral de nuestra infancia. Se trata de que nuestros hijos crezcan con criterio, con autonomía y con la seguridad de que pequeños gestos, como elegir una fruta en lugar de un ultraprocesado, pueden transformar su calidad de vida.
Agradezco el trabajo de los profesionales que imparten los talleres, la implicación de nuestro concejal de Educación, Vicente Blay Casino, y la colaboración de los centros educativos. Pero, sobre todo, agradezco la participación ilusionada de los más pequeños, que son siempre la mejor prueba de que todo esfuerzo merece la pena.
Cuidar la salud es cuidar el futuro. Y en Almassora, ese futuro está en marcha.
































