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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 16:11

Castelló LGTBI denuncia una agresión homófoba en un café de la calle Vera de la capital

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Lamentan el papel de la Policía Local, ya que “por lo visto, en nuestra ciudad nos tenemos que callar cuando nos llaman maricones, bolleras, tortilleras, bujarras o travelos”

Castellón Información 

Desde Castelló LGTBI han emitido un comunicado para denunciar una agresión por LGTBIfobia en un café de la calle Vera de Castelló de la Plana. "No puede hay medias tintas con la violencia LGTBIfóbica y menos aún cuando el Ayuntamiento las fomenta a través de sus funcionarios", lamentan.

El mediodía del sábado 6 de marzo, Pastora de Florencio y Jordi Pilar, miembros de la asociación, se encontraban sentados en la terraza de este bar cuando unas chicas que de la mesa contigua se interesaron por las pulseras arcoíris que llevaban.

Conversaron sobre la existencia de la asociación Castelló LGTBI. Como mostraron interés, Jordi se levantó para acercarse a la sede que está cerca para regalarles unas pulseras, banderas arcoíris y abanicos trans (y de paso preservativos e información sobre Infecciones de trasmisión sexual) 

Cinco minutos más tarde, se les dio el merchandising a las chicas." Se generó un ambiente hermoso, de mucho respeto, con las chicas encantadas leyendo los flyers con la información. Al ver el ambiente alegre, clientes de mesas vecinas también se interesaron. Todo esto transcurría respetando las medidas anti COVID con total normalidad. Y fue entonces cuando de repente, de manera abrupta y tono agresivo, una señora que estaba sentada en una mesa de la terraza (por cierto, una mesa con sietes personas) gritó: "'Mariconadas las justas!"

Ante el insulto provocador, Pastora de Florecio le recriminó el comentario. Pero la cosa no fue a mayores. Ahí quedó la cosa. Todo siguió con normalidad tanto que incluso la camarera les sirvió una consumición.

Pero a los diez minutos de ocurrir este desagradable hecho, apareció una pareja de la Policía Local de Castelló, con el tiquet de la consumición en la mano y dos vasos de plástico, con la orden que este establecimiento ubicado en la Calle Vera les había denunciado y tenían que abandonar de inmediato el local. 

La mujer que había hecho el comentario LGTBIfóbico dice que se sintió ‘humillada’ porque Pastora de Florencio le había recriminado su discurso de odio. El funcionario de la Policía Local de Castelló insistió en que abonaran la consumición y se marcharan. Jordi Pilar respondió que no iba a pagarles a ellos, ya que consideraba que cobrar una consumición no entraba dentro de la competencia de un Policía Local. 

Cuentan que exigió que viniese la camarera para cobrar. Al final vino con el datáfono, se abonó la consumición y Jordi Pilar denunció delante de ella y los funcionarios de policía que en la terraza no se estaban cumpliendo las normas COVID, que había siete personas sentadas a una misma mesa.  Disgustados, abandonaron el establecimiento. Al pasar por delante de la mesa donde estaba la señora LGTBIfóbica Jordi Pilar les dijo 

"La diversidad sexual y de género no es un delito, por mucho que les moleste, pero estar siete personas sentadas en una mesa, sí lo es".

Salieron de aquel lugar y fueron a sentarse a otra terraza del centro. Pero la pareja de Policías Locales de Castelló los siguieron hasta allí.  "Tienen que abandonar la zona, ustedes no pueden sentarse en ningún bar del centro de la ciudad", les dijeron los policías. Aseguran que como ya estaban bastante humillados por esta situación surrealista, accedieron.P Pero Aal doblar la esquina de la calle Vera con la Plaza Mayor, los dos Policías Locales les detuvieron otra vez para pedirles la documentación y los teléfonos. 

“Claro ahí nos derrumbamos. ¡Estábamos siendo identificados por repartir merchandising de la Asociación, arcoíris, pulseras, abanicos y preservativos! La sensación era como si la sociedad hubiese retrocedido 40 años, increíble!”, aclara Jordi, totalmente indignado.

Tras ser identificados les dejaron marchar; subieron hasta a la sede de Castelló LGTBI para calmarse e intentar racionalizar esta agresión en su propia ciudad. Estando en la sede escucharon grandes risas justo de abajo, de la terraza de Casa Ana. Desde una ventana que da a la calle Vera vieron como actuaba la policía con el resto de personas involucradas. Cómo los agentes le pidieron el DNI a la mujer LGTBIfóbica, pero también cómo se relacionaron sin decir nada sobre la mesa con siete personas sentadas, incumpliendo las normas COVID. Nada. Ni intención de medir la distancia entre mesas como ellos les había solicitado antes de ser expulsados de esa forma tan arbitraria. Entre risas, seguían los dueños del bar y los dos funcionarios de Policía Local. 

Desde Castelló LGTBI denuncian que las víctimas han sido Jordi Pilar y Pastora de Florencio. Que la mujer que gritó ‘Mariconadas las justas’ por muy molesta que se sienta porque se le recriminaron sus palabras, ha cometido un delito de odio y que tanto los propietarios de la cafetería del centro de Castellón como la Policía Local de Castelló se pusieron de parte. Pastora de Florencio denuncia que “fue una actuación vergonzante por parte de la Policía Llocal de Castelló. Esperamos que estos hechos no se vuelvan a repetir. Yo que soy una mujer empoderada aún me tiemblan las piernas por el trato que recibimos por parte los dos funcionarios. También quiero agradecer el cariño que nos dieron muchas de las personas que estaban sentadas en otras mesas de la terraza”, Comentó.

Castelló LGTBI reclama con urgencia la aprobación de la Ley LGTBI estatal. “Somos la única minoría que no está totalmente amparada por la legislación española. Llevamos años luchando desde este Ayuntamiento y a veces estos pasos hacia atrás son duros de aceptar. Basta ya”.

“Por lo visto, nos tenemos que callar cuando nos llaman maricones, bolleras, tortilleras, bujarras, travelos o al menos ese es el mensaje que está lanzando el Ayuntamiento de mi ciudad. Así es cuando permite que sus funcionarios sancionen y acosen a personas LGTBI cuando nos defendemos de la homofobia”, dice Jordi Pilar, con indignación aún visible.