Rafa Cerdá. Abogado.
¿Recuerda el sentido de su voto?...sí, ese mismo que usted depositó el pasado 20 de diciembre (¡qué vértigo de calendario!), y que parece que volverá a repetir en breves fechas. En concreto a finales del próximo mes de junio. Si su pasado voto (y futurible sufragio) se destine a la misma opción política, ya se trata de una cuestión que usted deberá dilucidar, pero poco o nada va a cambiar el actual escenario parlamentario a tenor del chorreo de encuestas que publican casi todos los medios de comunicación, día sí y al siguiente también.
Con Rajoy quieto como una estatua, el resto de líderes políticos (Sánchez, Iglesias, Rivera,...) no paran entre reuniones, encuentros y ruedas de prensa. Hablar, hablan mucho. Decidir absolutamente nada, y mientras tanto el país espera un ejercicio de responsabilidad que no llega.
No sabemos muy bien si nos encontramos ante los prolegómenos de una campaña electoral en ciernes, o bien ante una tramoya teatral muy bien orquestada, y de la que en el último minuto saldrá un final en apariencia inesperado: un Gobierno presidido por Pedro Sánchez con el apoyo de una geometría parlamentaria imposible (escasos diputados propios, mucha abstención ajena y una incertidumbre total en la gestión del país) o la remota eventualidad de un Gobierno de ‘gran coalición’ conformado por los grandes partidos, eventualidad muy remota.
Pero ojo, atención y cuidado: no imposible. Y hasta me aventuro a pronosticar un recambio en la Presidencia del Gobierno (y también del Partido Popular): puede que haya llegado la hora de Soraya Sáez de Santamaría.
No tengo más datos que mis propias conjeturas, al igual que la inmensa mayoría de la ciudadanía. Nuestros líderes se hartan de apelar al cambio, al sentido de estado, a la responsabilidad, a la...madre que los parió. Un país que se llama España (todavía) no puede permitirse el lujo de ver pasar las hojas del calendario, mientras sus responsables se comportan cómo auténticos irresponsables (perdón por la redundancia); la incipiente recuperación económica se irá al traste si continúa esta incertidumbre que a nadie beneficia, sin que nadie tampoco acabe con ella.
Por moverse, ni se mueven las hojas que brotan nuevas durante esta estación. Y así llevamos desde Navidad...a lo mejor tendremos que esperar a pasado el verano a ver si sucede algo en el páramo político actual. Y quien espera, desespera, ¡ah!, pero pagando impuestos, que para ello sí que no hay plazos ni demoras...






























