Jorge Fuentes. Embajador de España.
Caigo en la cuenta de que desde hace mucho tiempo apenas trato en esta mi columna semanal de los asuntos que más me satisfacen y en los que me siento más a gusto, como son los temas culturales.
Y es que la vida política en España y en nuestro entorno se ha vuelto tan absorbente y contaminante que apenas nos deja espacio ni tiempo para pensar en lo que no sean las turbulencias entre los partidos, la incapacidad para formar gobierno, el cutrisimo foro en que se ha convertido el Parlamento, los peligrosos virajes que se están produciendo en la Cataluña de Puigdemont y de Colau -¡vaya pareja!- en el País Vasco de Otegui y Bildu, en el Madrid de Carmena y en la Valencia cuyo gobierno se ha convertido para Podemos en modelo de lo que debiera implantarse a escala nacional. Y ello por no mentar a Andalucía, Galicia y tantos rincones problemáticos de nuestro país.
Es muy difícil hoy tener un encuentro de familia o de amigos y hablar de los temas gratos de que se solía hablar: cómo crecen las nuevas generaciones, qué viaje se ha hecho o se planea hacer, qué novela se tiene entre manos, qué película nos ha gustado más. Todo ello hoy parece vetado; la política lo invade todo.
Perdón, exagero: en Madrid nuestra insigne alcaldesa va a lograr nada menos que traerse un festival de Bollywood para hacer la entrega de sus premios en nuestra capital. No, no me he confundido; no es Hollywood el que se desplaza desde Los Ángeles para repartir los Oscar en Madrid, sino Bollywood, el cine indio uno de los países en que se produce mayor cantidad de películas (unas mil al año) con una distribución casi exclusivamente a escala nacional india (algunos me corregirían y dirían ‘hindú’. No se confundan: quienes viven en la India son los indios; los hindúes son los que practican la religión mayoritaria en aquel gran país).
Pero en Madrid la noticia subrayaba que la India ha superado a los Estados Unidos en su industria cinematográfica cuando se pueden contar con los dedos de media mano las películas que Bollywood consigue colocar anualmente en el mercado occidental.
Este año por el contrario, los Oscar han traído una excelente cosecha con películas de la calidad de ‘Spotlight’, ‘El puente de los espías’, ‘Carol’, ‘El renacido’, etc. También el cine español ha producido buenos films como ya indique a raíz de la concesión de los Goya.
Les reitero que gracias a la imprenta, a los Lumiere, a los discos musicales, hoy en día la cultura está al alcance de todos los rincones del mundo. Lo único que es privilegio de las grandes capitales son los museos, la ópera y el teatro aunque a veces estos últimos se acerquen a provincias.
Resistámonos a que la política nos impida seguir las novedades que ofrece la cultura. Sepamos también distinguir entre Fiestas y Cultura. Admirar y seguir las fiestas está bien siempre que no nos pasemos y hay que reconocer que en España nos pasamos cantidad y me temo que ello ocurre no solo en detrimento de la cultura sino también de la laboriosidad y la productividad laboral que esta por los suelos.
Pero sobre todo evitemos caer en la trampa del daño colateral que los políticos nos producen haciendo que no solo suframos los males derivados de la inexistencia de gobierno -lo que no siempre es tan grave vistos los ejemplos frecuentes de Bélgica e Italia- sino que encima olvidemos lo que debe ser más importante en nuestras vidas, aquello que nos hace humanos, lo que nos diferencia de los irracionales: la cultura, reflejada en los libros, en los conciertos, en las conferencias, en el teatro, la ópera, el cine, la visita a museos y exposiciones de arte.






























