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martes, 16 de diciembre de 2025 | Última actualización: 20:26

Mandarina, clementina y navelate

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José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.

Las mejores naranjas del mundo mundial son las nuestras, de siempre, las de la plana, por mucho que quieran los demás, me da igual que lo digan valencianos, murcianos, cartaginenses u onubenses.

Dicho lo anterior tenemos muchas variedades, que han estado siempre ahí, en nuestros huertos, trabajadas por  agricultores, esos que generación tras generación han mantenido la tradición , la cultura y la esencia de esa dignísima profesión de hombres y mujeres prudentes, equilibrados y previsores; dependiendo siempre del tiempo y últimamente  de  intermediarios que pagan mísera- mente el producto de su esfuerzo.

Esto no siempre fue así, porque hace menos de cien años la tierra era fuente de riqueza, otorgaba estatus social, "es de familia de llauradors" decían ,y además divisas para la economía de nuestra querida España que tan maltrecha ha estado en demasiadas ocasiones en este siglo pasado.

Las naranjas como fuente de ingresos estuvieron presentes en la República y en la contienda fratricida y como no, en la dura postguerra, en donde junto a otros productos agrícolas ayudó a la maltrecha economía de los españoles.

Siempre han estado ahí, son nuestras de verdad, un símbolo más de nuestra identidad, pensaba yo el otro día cuando el alcalde de Valencia otorgaba rango de evento institucional al desfile de tres señoras, vestidas a la francesa,  me parecieron, dicho sea con todo el respeto, ataviadas  de cabaret o  local similar; parece que la defensa estriba en el hecho de su antigüedad, pues no creo que lo sean sus nombres, traducción de los principios de la sociedad francesa.

No sé qué les parecerá a Ustedes, pero creo que nuestras naranjas son anteriores a estas señoras, que si tan nuestras son podrían, ya en 1937 haber adoptado los nombres de mandarina, clementina y navelate, pues me parecen más apropiados, y aunque las naranjas de Valencia no son las mejores, creo que ya en su momento hubieran sido mejor identificadas por el pueblo llano.

Es obvio que allí donde el radicalismo ateo marxista está gobernando no han esperado ni un minuto en actuar en contra de las tradiciones arraigadas en nuestra sociedad. La paparruchada de las reinas magas, carrozas futuristas sin recuerdo alguno al hecho que hace dos mil años nació   Jesús en Nazaret y unos magos de Oriente fueron a adorarlo, la eliminación de camellos en las cabalgatas, no se vayan a estrenar, o la de la prohibición de desfilar a alumnos de  un colegio por impartir educación diferenciada, es decir que no son mixtos, son solo la  punta del iceberg. Creo que el próximo año no tendremos cabalgatas  de Reyes en muchas ciudades y en otras será un desfile de saltimbanquis y acróbatas.

Como decía un amigo, solo les queda arremeter contra el roscón de reyes, seguramente por falta de tiempo para sacar alguna norma o propuesta para crear un nuevo dulce que se tome en tan señalada fecha y por supuesto con nuevo nombre, alejado de cualquier referencia a Reyes y Navidad.

La libertad de expresión y manifestación es legítima, pero reitero la obligación por el respeto hacía todos a los que se gobierna, lo demás ridículo espantoso.