Jorge Fuentes. Embajador de España.
El 2 de Diciembre de 2009, encontrándome yo como embajador en Bulgaria, recibí la grata visita del equipo de fútbol del Villarreal, acompañado por su presidente, Fernando Roig y todo su equipo directivo, así como por el entonces alcalde Juan José Rubert y también el de Burriana mi buen amigo José Ramón Calpe. Aquella misma noche, jugó un partido contra el principal equipo del país, el Levski, al que los nuestros vencieron por 0-2. Recuerdo que el Submarino Amarillo marcó su primer gol a los 9 minutos de partido y transcurrieron otros sesenta minutos sin movimiento en el marcador. Con el atrevimiento del total ignorante en cuestiones futbolísticas que soy, me atreví a comentar a Roig y su comitiva: "Siena marcará un gol cuando falten 9 minutos del final".
Lo curioso del caso es que así ocurrió exactamente, cosa que fue muy comentada durante la cena que ofrecí a los ilustres visitantes, en la Embajada de España.
Pero hoy no voy a hablarles de fútbol sino del recién inaugurado aeropuerto de Castellón. Aprovechando el desplazamiento ‘dels groguets’ a Bulgaria, se incorporaron a la comitiva los directivos del recién terminado aeropuerto con objeto de ir promoviendo la que se intuía inminente apertura de las instalaciones y los vuelos. Ante un numeroso público seleccionado por la embajada, los directivos anunciaron la buena nueva y repartieron entre los asistentes, corbatas, gorras, paraguas y otros objetos publicitarios, con el logo del aeropuerto, algunos de los cuales aún conservo.
Han tenido que pasar casi seis años antes de que el día 14/09/15 aterrizara en el flamante aeropuerto, el primer grupo de pasajeros procedente de Londres, en un vuelo de Ryanair. No es momento de lamentaciones ni de críticas ni de señalar responsables por el largo retraso. Ahora lo importante es que nuestro aeropuerto se vigorice y crezca el número de vuelos y de pasajeros. Solo un vuelo diario no justificaría la existencia de unas instalaciones costosas que generarían cuantiosas pérdidas. Hay que tener en cuenta que los gastos fijos son elevados ya que incluyen agentes de seguridad, bomberos, equipo de cetrería anti-palomas, administración, controladores, azafatas de tierra, limpieza, costo de energía etc.
Aparte de despejar las suspicacias que un aeropuerto fantasma despertaban, es evidente que su inauguración llena un vacío que en la costa mediterránea se extendía desde Reus hasta Valencia (más de 200 kms) y que cubre importantes destinos turísticos como los que existen en toda la región de Castellón desde Vinaròs y Peñíscola hasta Burriana y Moncofa, pasando por Benicàssim y Oropesa.
Debe ser emocionante ver en los paneles de Londres y Bristol un vuelo con destino a Castellón. Es urgente conseguir que ese destino aparezca pronto en otras capitales como Bruselas, Amsterdam, Luxemburgo, parís, Berlín, Varsovia, Viena, Roma y que a través de ellas, desde Castellón podamos desplazarnos al mundo entero.
Castellón cuenta ahora con uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, con una buena Universidad, con un aeropuerto en toda la regla y con un Tram. Tiene además teatros, auditorios musicales, bibliotecas, cines, buenos hospitales, buenos comercios, buen clima. Castellón es una buena ciudad para vivir. Una ciudad notable.































