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domingo, 7 de diciembre de 2025 | Última actualización: 23:26

Guerra de sexos

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Jorge Fuentes. Embajador de España

Hasta no hace mucho, la principal guerra que se dirimía entre la derecha y la izquierda era la lucha de clases. Ser rico o ser pobre era la principal diferencia que dividía a la humanidad. Hoy ya no es así, la guerra fundamental se da entre hombres y mujeres. Estamos ante un conflicto entre sexos.

El feminismo, el maltrato a la mujer tiene hoy mucha más influencia en la intención de voto que la corrupción o la malversación. Ello es así particularmente en el voto femenino que tanto pesa a la hora electoral.

El falso slogan lanzado por Ábalos "Soy feminista porque soy socialista" suena hoy absolutamente grotesco después del desfile de puteros y abusadores que hemos visto desfilar por la cúpula sanchista.

Hace poco tiempo, a raíz del escándalo Errejón y su abuso a la actriz Elisa Mouliaá hice una reflexión referida exclusivamente a los políticos de Podemos que daban la clara sensación de haberse metido en política con dos claros y únicos objetivos: enriquecerse y ligar.

Me quedé corto, no fueron solo los feúchos profesores adjuntos de Podemos los que siguieron tal pauta, sino que ahora vemos que lo hizo toda la izquierda. Lo que estamos viendo ocurrir ante nuestros ojos parece increíble: la epidemia de abusadores no afecta solo a miembros de la base del partido socialista, sino que lo hace a la verdadera cumbre del partido.

Hace falta tener muy mal criterio para elegir número dos del partido a alguien que -como Ábalos- acaba en la cárcel por muy diversos cargos y con la mala reputación añadida de explotar a prostitutas a las que colocaba en la administración con sueldo pero sin asistencia y por las que se hacía acompañar en viajes oficiales como miembros de la delegación, con dietas y tareas nocturnas.

Que al desvelarse los deslices y faltas de Ábalos, Sánchez eligiera otro número dos -Santos Cerdán- tan frágil políticamente como su predecesor y cuyo destino carcelario cumplieron casi a la par, siguió demostrando muy mal ojo del presidente.

La tercera elección por parte del número uno fue igualmente equivocada. Entre la numerosísima banda de consejeros y asistentes que tenía para elegir, fue a escoger a otro abusador de mujeres, Paco Salazar, que tuvo que renunciar al alto cargo antes incluso de tomar posesión de él, tan pronto empezaron a circular sus hazañas sexuales con las funcionarias de Moncloa y Ferraz.

En Torremolinos ha aparecido otra figura del gremio, nada menos que el Secretario General del PSOE en Málaga -Antonio Navarro- que se dedicaba a enviar mensajes sexuales explícitos y graciosos. Tuvo que dimitir también de todos sus cargos en la región.

De forma que el modelo más frecuente entre los líderes socialistas es añadir a los delitos de malversación, cohecho, nepotismo y otros varios, la guinda casi inevitable entre los militantes varones de agresión sexual.

Lo sorprendente es que el número uno fuera capaz de viajar en el reducido espacio de un automóvil, con tres personas que pasarían a ser fundamentales en su partido, que resultaron ser las tres carnes de presidio y durante los largos días que duró la gira del Peugeot, Sánchez no fuera capaz de darse cuenta de con quien se la estaba jugando.

Y que luego ocurriera lo mismo a la hora de elegir otros altos cargos. Eso se llama falta in vigilando. En política no solo es necesario saber mandar, sino que lo es también saber elegir y en ambos campos el presidente tiene un suspenso como una casa.