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sábado, 20 de diciembre de 2025 | Última actualización: 19:24

No es una guerra entre generaciones, es un fallo de liderazgo

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En muchas empresas hoy conviven, como mínimo, cuatro generaciones: baby boomers, generación X, millennials (Y) y generación Z. Sobre el papel suena precioso: diversidad de miradas, experiencia y frescura, conocimiento del negocio y dominio digital. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta.

Lo que me estoy encontrando en mi investigación doctoral y en mi trabajo como consultor de empresas es otra cosa mucho menos romántica: tensiones silenciosas, sobrecarga para los “de siempre”, desmotivación en los jóvenes y un compañerismo que se resiente.

Y no, el problema no es que “los jóvenes no quieren trabajar” ni que “los mayores están anticuados”. El problema es organizativo: falta de liderazgo y de profesionalización del área de RRHH.

Estos son los motivos reales de porqué hay un choque intergeneracional en las empresas y los principales motivos de la falta de compañerismo:

1) Cuando la plantilla se llena de caras nuevas y nadie piensa el 'cómo'

Uno de los patrones que aparece una y otra vez en mis entrevistas es este: Entran personas nuevas, con menos formación y experiencia, y la responsabilidad real acaba cayendo en los de más antigüedad.

¿Qué pasa entonces?

  • Los veteranos “se echan a la espalda” los errores que los nuevos puedan provocar.
  • Muchos asumen enseñarles por compañerismo, incluso fuera de su horario o de su turno, porque quieren que el departamento funcione.
  • Al mismo tiempo, sienten que la empresa se aprovecha de ese sentido del deber, porque formar a la gente nueva no está ni reconocido ni organizado.

Y aquí ya aparece el primer foco de conflicto intergeneracional:

  • Los mayores sienten: “otra vez más trabajo para los mismos”.
  • Los jóvenes sienten: “me sueltan sin formación, me evalúan como si supiera todo y encima molesto”.

Lo más interesante de mi investigación es que muchas personas no llaman a esto “falta de compañerismo”. Lo viven como algo “normal”, es “lo que hay”, o el “siempre ha sido así”. Ese es el problema: la normalización de un diseño organizativo injusto.

2) Verano, contratos eventuales y la bomba de relojería generacional

Otro momento crítico que aparece en las entrevistas es la campaña de verano:

  • Entran refuerzos, muchas veces jóvenes, con poca o ninguna formación específica.
  • Son contratos temporales o fijos discontinuos que saben que no se van a quedar, así que su nivel de implicación es menor.
  • No soportan bien la presión, se bloquean o rinden menos.

¿Resultado? Los “antiguos” vuelven a cargar con el trabajo duro, sosteniendo la operación. Y ahí es donde empiezan las fricciones:

  • Comentarios del tipo: “si total, se va en septiembre, ¿para qué se va a matar?”.
  • Sensación de injusticia: “hacemos el trabajo de dos y aquí nadie se entera”.
  • Percepción de “falta de compañerismo”, pero en realidad lo que hay es mala planificación de plantilla y rotación mal gestionada.

De nuevo, no es un problema de generaciones, es un problema de modelo de RRHH.

3) Cuando 'la pasta' lo contamina todo: comisiones y pelea de gallos

En los equipos comerciales particularmente además este tema se intensifica. En mis entrevistas aparece claramente:

  • Comisiones individuales que fomentan el “esta venta era mía”.
  • Poca transparencia en objetivos y reparto de oportunidades.
  • Un clima que algunos describen directamente como “pelea de gallos”.

Lo curioso es que las propias personas entrevistadas reconocen algo muy honesto:

  • Las comisiones individuales tienen una parte positiva: quien se esfuerza no quiere que otros se aprovechen.
  • Pero también reconocen que son la principal causa de los problemas internos, que alimentan la picaresca, sobre todo en quienes llevan menos tiempo.

¿Qué hace un líder mientras tanto?

En demasiados casos: mirar hacia otro lado. Y así, en lugar de equipos de alto rendimiento, se construyen ecosistemas de supervivencia individual.

En resumen, el falso diagnóstico de la "falta de compañerismo" o que no puedan convivir diferentes generaciones en la empresa tiene que ver más con:

  1. Cómo se incorporan las personas nuevas (onboarding, formación, acompañamiento).
  2. Cómo se reparte la carga de trabajo (especialmente cuando falta personal por rotación o vacantes sin cubrir).
  3. Cómo se diseñan los sistemas de comisiones y objetivos (individuales vs. de equipo, claridad y justicia percibida).

Cuando estas tres cosas se hacen mal, la consecuencia es:

  • Se rompe la percepción de justicia interna.
  • Se deteriora el ambiente laboral.
  • Baja la satisfacción y, con ella, el compromiso (engagement).

Exactamente el modelo teórico en el que estoy trabajando en mi tesis doctoral: liderazgo → satisfacción laboral → compromiso → resultados.

No tienes por qué saber de todo, busca profesionales y expertos que puedan ayudarte a que la diversidad generacional no sea un problema, sino tu ventaja competitiva. La convivencia de generaciones en las empresas no es el problema. El problema es cuando conviven sin proyecto común, sin reglas claras y sin líderes presentes.

Si al leer esto has visto reflejada tu empresa (o tu equipo) y quieres revisar con calma cómo estáis gestionando el talento intergeneracional, el liderazgo y RRHH, estaré encantado de hablarlo contigo y ver cómo puedo ayudarte desde la consultoría, el interim management, el mentoring o el coaching ejecutivo y de equipos.

¿Viajamos juntos al éxito?

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