Noticias Castellón
sábado, 20 de diciembre de 2025 | Última actualización: 21:27

Escuchar para no perder

Tiempo de Lectura: 2 minutos, 12 segundos

Noticias Relacionadas

Javier Giménez Divieso. Directivo freelance experto en liderazgo, equipos y RR.HH

Hace unos días vi un vídeo que me hizo reflexionar. Un hombre, ya mayor, reunía a varias personas a su alrededor y les decía que apostaba todo su dinero a que podía hacer entre 3 y 400 flexiones. La gente, confiada por su aspecto y convencida de que aquello era imposible, aceptaba el reto.

Él se tiró al suelo, hizo 4 flexiones, se levantó, recogió el dinero y se marchó.
La gente protestó, pero él, con calma, respondió: “Os dije que podía hacer entre 3 y 400 flexiones… hice 4”.

Más allá de la anécdota, la escena refleja un problema mucho más serio: la falta de escucha real. Nadie se detuvo a analizar lo que realmente estaba diciendo. Dieron por hecho lo que “creían” haber escuchado.

En el mundo de la empresa esto ocurre cada día.

Sucede en una reunión de ventas, cuando el comercial interpreta lo que quiere oír del cliente.     

Sucede en una entrevista de trabajo, cuando el entrevistador cree haber entendido lo que el candidato intenta transmitir.

Sucede en una conversación de feedback, cuando el directivo lanza un mensaje que el colaborador interpreta de manera muy distinta.

La consecuencia suele ser la misma: malentendidos, frustración y pérdida de confianza. Y todos sabemos que recuperar la confianza es mucho más difícil que ganarla desde cero.

Por eso, la verdadera habilidad que debería tener todo profesional, y más aún todo líder, no es hablar bien, sino escuchar mejor.

Escuchar activamente significa hacer preguntas para profundizar, reformular lo que la otra persona ha dicho para confirmar que lo hemos entendido, y sintetizar la conversación para que quede claro que ambas partes comparten el mismo significado.

La comunicación no es lo que uno dice, es lo que el otro entiende.
Y en un entorno donde la velocidad y la presión nos empujan a asumir, anticipar y dar por supuesto, conviene recordar que lo que no se aclara se malinterpreta, y lo que se malinterpreta puede salir muy caro.

En mi opinión, escuchar con atención no es una “habilidad blanda” como a veces se etiqueta, sino una competencia crítica que marca la diferencia entre un buen profesional y uno excelente. Porque quien sabe escuchar no solo evita problemas, sino que construye confianza, y sin confianza no hay ventas, no hay equipos y no hay proyectos sostenibles.

Escuchar bien es barato. No escuchar, puede costarnos demasiado.

¿Qué opinas? ¿Quieres mejorar tus habilidades?

www.javiergimenezdivieso.com