La organización reclama un documento institucional conjunto para defender el modelo agrario valenciano ante el Gobierno y la UE
La Unió Llauradora i Ramadera ha solicitado a la Conselleria de Agricultura que haga un frente común con el sector agrario de la Comunitat Valenciana para rechazar la propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) y del nuevo Marco Financiero Plurianual (MFP) para el periodo 2028-2034 presentada por la Comisión Europea.
En este sentido, la organización reclama la puesta en marcha de un proceso de trabajo conjunto entre la Conselleria y las organizaciones profesionales y cooperativas valencianas para redactar un documento institucional de oposición que sirva como posicionamiento oficial del sector agrario valenciano ante el Gobierno de España y las instituciones comunitarias.
La propuesta comunitaria genera preocupación porque supone un cambio profundo tanto en la financiación como en la gobernanza de la PAC. Se prevé una reducción del 22% en términos nominales (de 387.000 M€ a 300.000 M€), con un impacto todavía más grave si consideramos la inflación acumulada.
La PAC quedaría integrada en fondos de desarrollo nacionales y regionales, con asignaciones estatales discrecionales y esta estructura puede provocar una mayor fragmentación entre países y regiones, y debilita el carácter común de una política esencial para la cohesión territorial y social europea. Además, se prevé la desaparición de los dos pilares clásicos de la PAC, lo cual rompe con el equilibrio entre ayudas directas y desarrollo rural.
Carles Peris, secretario general de La Unió, "considera que el nuevo Marco Financiero Plurianual, tal y como está concebido, no solo compromete la viabilidad económica de miles de explotaciones, sino que atenta contra el modelo europeo de agricultura y la propia razón de ser de la PAC".
Siete líneas estratégicas prioritarias
Ante este escenario, desde La Unió se le demanda a la Conselleria de Agricultura que el documento conjunto plantee siete líneas estratégicas prioritarias. La primera que haya un blindaje presupuestario en base a la coherencia europea (mantenimiento de fondos FEAGA y FEADER, con una dotación incrementada; blindaje del presupuesto de ayudas directas, ajustado al contexto inflacionario y a los costes de producción; evitar la fragmentación estatal de la PAC y garantizar su carácter común entre Estados miembros y Comunidades Autónomas).
El segundo eje es asegurar una rentabilidad económica y sostenibilidad equilibrada (precios justos, con mecanismos legales que aseguran cubrir costes de producción; protección de la capacidad productiva ante medidas ambientales excesivamente restrictivas; compensaciones económicas por la reducción de emisiones de GEI y uso regulado de fitosanitarios que tenga en cuenta la falta de alternativas viables).
La tercera línea pasa por medidas para el relevo generacional y priorización del agricultor profesional (impulso decidido al relevo generacional, con incentivos y apoyo estructural; priorización del profesional agrario como destinatario central de la PAC).
El cuarto foco que propone La Unió es el desarrollo territorial y lucha contra la despoblación (introducción del criterio de despoblación como factor obligatorio en la asignación de fondo y financiación específica para zonas con limitaciones naturales y sectores vulnerables). La quinta línea estratégica es la simplicidad administrativa y estabilidad normativa (simplificación real de la burocracia, con adaptación de los requisitos al tipo y tamaño de las explotaciones, así como normas claras, estables y comprensibles, para una mejor adaptación y cumplimiento por parte del sector).
La sexta es la gestión de riesgos, infraestructuras y digitalización (creación de un sistema europeo de gestión de riesgos, para hacer frente a fenómenos climáticos, sanitarios o económicos y compatible con los estatales; modernización de regadíos y eficiencia hídrica, con inversiones prioritarias en el sur de Europa e impulso decidido a la digitalización del sector agrario).
Finalmente, la séptima y no menos importante, hace referencia a la reciprocidad comercial y defensa de la equidad (reciprocidad estricta en comercio internacional, aplicando a los productos importados los mismos estándares europeos (fitosanitarios, bienestar animal, etc.).

















































