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miércoles, 17 de diciembre de 2025 | Última actualización: 13:39

Primeras Comuniones

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En muchas parroquias se celebran estos días las primeras comuniones. Es una alegría ver a niños y niñas acercarse a recibir por primera vez a Jesús en la Eucaristía. La mayoría de ellos han preparado y esperado este día con mucha ilusión y cierto nerviosismo.  

A todos ellos les felicito. La primera comunión es uno de los acontecimientos más importantes de su vida como cristianos. Jesús mismo les invita a participar por primera vez en el banquete de la Eucaristía. Él mismo Jesús se les da a sí mismo en comida porque ama a cada uno. Jesús nos ha hecho el gran regalo de quedarse con nosotros en la Eucaristía, se nos da en comida para unirse con nosotros: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo. Tomad y bebed, ésta es mi sangre”, dijo Jesús a sus discípulos en la última Cena. Y eso ocurre en cada comunión. Jesús, el Hijo de Dios, viene a nuestro encuentro en la Eucaristía, se nos da para atraernos hacía sí, para unirse y quedarse con nosotros, para que tengamos vida y alegría, para que crezcamos en su amistad, para que seamos generosos con los demás y para que tengamos la fuerza necesaria para hacer el bien.

Recibir a Jesús en la Eucaristía es el gran y mayor regalo del día de la primera comunión. Vale muchísimo más que todos los demás regalos, que se les pueda hacer, que el vestido o el traje que puedan llevar o que la fiesta que se pueda organizar. El mejor vestido y lo más importante para recibir a Jesús es tener el alma limpia, bien dispuesta y preparada para recibir a Jesús. Jesús es el Pan necesario para caminar como amigos suyos. Por esta razón sería una pena que la primera comunión fuera la última, como ocurre con mucha frecuencia. Por ello les animo y hemos de animar a todos los hacen la primera comunión a que no dejen de recibir a Jesús en la Eucaristía, una y otra vez, con corazón limpio y bien dispuesto, participando en la Misa del domingo que es el día del Señor. Y a que lo hagan acompañados de sus padres, hermanos y amigos.

También he de felicitar a los padres y madres porque sus hijos e hijas van a recibir por primera vez a Jesús en la Eucaristía. Preparemos y celebremos con verdadero sentido de fe cristiana la fiesta de la primera comunión. No la convirtamos en una fiesta de sociedad. Evitemos caer en la tentación del despilfarro y del exceso de regalos, que contradice lo que es en realidad este día. Estos elementos distraen a los niños de lo fundamental: el encuentro personal con su amigo Jesús. La comunión de todos del mismo y único Pan, debe fortalecer nuestra condición de hermanos, miembros de la misma familia. Comulgar a Jesús implica comulgar también con los demás, especialmente con los más pobres, para ayudarles y socorrerles en todo lo necesario. Tengamos en este día un gesto de caridad y cercanía a los más desfavorecidos. Los niños y niñas de primera comunión podrían hacer un donativo generoso en ese día para entregarlo a Cáritas con destino a los más pobres y necesitados.