Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Nuestro egregio ex Presidente socialista, se ha destapado esta semana en unas declaraciones en televisión, como el mayor exponente del cinismo español.
Se declaraba convencido de que Don Jordi Pujol, no era corrupto y llegaba a justificarle ante la posibilidad de que hubiera querido encubrir situaciones delictivas de sus hijos asumiendo él mismo la responsabilidad de los errores o delitos de sus hijos.
¡No me haga reír Señor González que tengo el labio partido!
Ante tal aserto, lo primero que se me ocurrió pensar es que quizás los delitos confesados y reconocidos por el propio Pujol, a Don Felipe le parecían “chocolate del loro”.
¿De qué magnitud podrían llegar a ser los conocidos por D. Felipe González?
En primer lugar la pretendida ignorancia del ex Presidente, es de todo punto imposible, ya que el caso Banca Catalana “se destapó…….y volvió a tapar” bajo el Gobierno de Felipe González y es de suponer que él, mejor que nadie, conocía la trama delictiva de los Pujol, aunque por razones de estrategia política se llegó a enfrentar con significadas personalidades judiciales de su propio partido, como su Subsecretaria de Estado de Justicia Margarita Robles o al Fiscal Mena y a Carlos Jiménez Villarejo que presentó una querella contra Pujol, por el mencionado caso, cargada de argumentos que quedaron en el cajón del olvido.
Esta misma semana, otro insigne socialista como Leguina, ha declarado en una televisión privada de ámbito nacional que conoció personalmente el caso de un gran empresario español, al que Pujol le pidió un 3 % para llevar a cabo un proyecto muy importante en Cataluña y al no querer acceder a esa petición nunca más volvió a tener acceso a más concursos públicos en esa autonomía.
Carod Rovira hace apenas unos días aseguró conocer que no se trataba del 3 % sino del 5 % y en otros medios se le adjudica el 3 % al Partido y el 1,5 % al Patriarca Pujol.
Oyendo a nuestro ex Presidente, uno tendría que aceptar que la genética y la historia, circulan en sentido inverso al normal, y eran los hijos de Pujol los que le trasmitieron a su padre sus genes de delincuentes de cuello y guante blanco, o la habilidad para poder enriquecerse del dinero público que ellos manejaban, cuando más bien parece todo lo contrario.
Papá llenaba las arcas de la familia, y los hijos como buenos estrategas, iban canalizando las inversiones por todo el mundo tratando de borrar todos los rastros posibilidades, para evitar se cogidos con las manos en la masa.
Pero cuando el volumen es tan enorme, es muy difícil, no dejar rastros ni despertar sospechas ni envidias.
Y ahora es el momento de la UDEF, esa unidad de Delitos Económicos y Fiscales que les están investigando minuciosamente y por el hilo llegaran a cada punto del ovillo.
Claro que si se compara con los delitos combinados que analiza la Juez Alaya en la Comunidad Andaluza (que tan bien conoce González) y que pueden llevar a una instrucción de unos dos millones de folios, entre el Caso de los ERES y el de los Fondos para Formación de Parados y que se estima en un fraude entre 2001 y 2012 de muchos miles de millones de euros, a D. Felipe el caso Pujol de unos 800 millones de euros localizados hasta ahora, le pueden parecer poca cosa.
Es conocida por todo el mundo la reconocida tolerancia que suelen tener todos los políticos, con los delitos de sus adversarios cuando se descubren, sobre todo la de los políticos que han desempeñado durante muchos años cargos públicos de relieve, ya que de una manera o de otra, todos han sufrido o sucumbido a tentaciones de ese tipo.
Pero la benevolencia de Felipe con Pujol, clama al cielo, sobre todo cuando el mismo Pujol ha empezado por reconocer su propio delito, para escapar a mayores responsabilidades cuando se ha sentido atrapado, pero espero y deseo que se llegue al fondo de la cuestión, y no sea Pujol el único implicado, ya que él solo no hubiera podido montar todo el entramado, sin la valiosa e imprescindible colaboración de sus Consellers y Asesores.
No me cabe la menor duda de que ninguno de ellos trabajó para engordar la fortuna patrimonial de los Pujol “por amor al arte”, y por eso se hace necesario llegar al fondo de la cuestión para poder demostrar a la ciudadanía catalana, quienes les robaban y de que modo lo hacían, e incluso la connivencia y tolerancia de quienes se lo permitieron.
Yo solo me pregunto:
¿Por qué Sr. González, a que obedece tanta benevolencia por su parte?
