Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
En todas las democracias asentadas y consolidadas del mundo, al ser los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales absolutamente independientes, quienes legislan lo suelen hacer con sensatez y quienes juzgan con ecuanimidad.
En ésta incipiente democracia española, unos políticos a los que yo calificaría de indeseables, se preocuparon muy mucho de poder campar a sus anchas en el último cuarto del siglo pasado, y apenas levantada y mantenida dicha democracia en un equilibrio inestable, cometieron el mayor de los delitos:
Supeditar el poder Judicial, al Ejecutivo y Legislativo.
Con eso se firmó la sentencia de muerte de una Justicia ecuánime, en nombre de una democracia mal entendida.
La inmensa mayoría entre mis lectores, ya saben el porque, pero por si alguno lo duda le diré que porque al poder nombrar el poder legislativo (las Cortes) a los representantes de las mas altas instituciones judiciales del Estado, se estaban garantizando su fidelidad de una forma mas o menos subliminal.
A partir de aquel momento, no ha habido ningún gobernante de ningún partido que haya querido enmendar el lamentable borrón que se había echado sobre el sistema judicial español, y como consecuencia de ello, nos encontramos en innumerables situaciones, en las que se toman decisiones, que no por legales dejan de ser injustas.
Y eso es así, porque quienes legislan siempre se dejan entornada la puerta de la duda y las grietas de la indefinición, previendo ellos mismos en el momento de legislar la forma legal de burlar a la Justicia.
Y los jueces de las más altas magistraturas, a veces dilatan a conciencia dictámenes determinados, para permitirles una puerta de escape adecuada a los intereses políticos del Ejecutivo de turno.
El lunes 30 de Abril, tuve el placer de debatir en ‘La Tarde de Castellón’ que conduce Ximo Tirado de 7 a 8 de la tarde, con dos contertulios licenciados en Derecho, que se soliviantaban, cuando yo generalizaba mis dudas sobre la moral de nuestra casta política.
Me limité a contestarles, que yo me consideraba autorizado por mi propia conciencia para hacerlo, ya que si las medidas que se tomen desde el Gobierno, o se denigran desde la Oposición, chocaran con mi moral y forma de ver las cosas, yo como componente de los órganos de decisión de uno u otro partido, presentaría mi dimisión, para no convertirme en co responsable subsidiario de aquellas cosas que encontrase injustas o ilegales.
Mi pregunta a ellos era:
¿A cuantos políticos se ha visto dimitir o renunciar recientemente por estas razones, ya sea en el poder o en la Oposición?
Sólo lo ha hecho Esperanza Aguirre, y aduciendo motivos de salud, aunque en mi fuero interno yo pueda opinar de otro modo.
Por lo tanto, si no por acción por omisión, todos ellos son responsables de la situación que vivimos, y todos se encuentran muy confortablemente viviendo a la sombra de sus prerrogativas, cuando el resto de los españoles sufrimos las consecuencias de su incapacidad para llevar las riendas de España.
Y en ello seguimos a los 18 meses de haber llegado al poder un PP que o no ha sabido, o lo que es peor “no ha querido coger al toro por los cuernos”, y desmontar este insoportable Estado de las Autonomías, que sólo les sirve a los que comen de él.
El PSOE arruinó España, y el PP no ha querido salvarla, por no perder votos o privilegios, y así va a perder a corto plazo gran parte de los votos y espero y deseo que todos los privilegios inmerecidos de los que disfrutan todos los de su casta.
