Fueron uno de los primeros cuerpos contra incendios, por delante de Madrid, pero ya nadie los felicita el día de su patrón
El Cuerpo de Bomberos de Castellón cumple hoy 160 años y celebra el día de su patrón, San Juan de Dios. Desde que se celebra el Día de la Dona nadie se acuerda de ellos, pero son uno de los cuerpos de bomberos más antiguos que se remonta a 1859. Ellos también tienen su corazoncito y, sobre todo, una trayectoria intachable en la que han pasado de ser los guardianes de la provincia a ser uno de los cuerpos más especializados de la ciudad.
Esperanza Molina/ Castellón Información
El Cuerpo de Bomberos de Castellón cumple este año su 160 aniversario y hoy celebran el día de su Patrón, San Juan de Dios. Al contrario de otros departamentos municipales, nadie se acuerda de eso. No hay celebración, ni misa, ni revista, ni felicitaciones… y algunos lo echan de menos. Pero desde que el 8 de marzo pasó a ser ‘El día de la Dona’, ellos se han quedado en un segundo plano que nadie recuerda… ¡y ojo! ¡Que también tienen su corazoncito!.
La primera vez que los registros municipales los citan, se remontan a 1854 como una de las dotaciones de aquellas Milicias Nacionales que se crearon tras la primera Guerra Civil de Castellón, la que enfrentó a Borbones y Carlistas. Milicias Nacionales impulsadas por las Cortes de Cádiz, creadas, suprimidas, resucitadas y finalmente anuladas definitivamente… hasta que, en 1859 el Ayuntamiento de Castellón, en sesión de 25 de enero, tomaba la decisión de poseer una fuerza para socorrer las desgracias y las calamidades de los vecinos. Una decisión que se formalizaría el 8 de marzo de ese mismo año para promover “los individuos que han de formar la Compañía que dependerá de la Comisión de Incendios”.
Una Compañía integrada por voluntarios a los que se premiaba por su trabajo con privilegios y recompensas que se medían por la premura con la que respondían a las llamadas de emergencias.
La historia de los Bomberos de Castellón quedó fielmente recogida por José María Fortanet en el libro: “Historia de los Bomberos de Castellón de la Plana”, editado por el Ayuntamiento de la ciudad en 1992.
Un texto que recoge su trayectoria entre los años 1859 y 1981, donde se pueden consultar datos que llaman la atención. Como por ejemplo, se puede saber que Castellón, pese a ser una pequeñísima capital de provincia, le tomaba la delantera a una gran ciudad como Madrid, para organizar un servicio que tenía la obligación de socorrer las calamidades de sus vecinos. Y cómo, de esta forma, lo único que distinguía a aquellas personas, en su primer momento eran los gorros que llevaban, porque no fue sino hasta después cuando se los dotó de uniformes con cargo al presupuesto municipal.
Un libro en el que relata la precariedad de medios de aquellos primeros bomberos, que habían de dejar su escasa maquinaria en los pórticos del Ayuntamiento de Castellón, en la plaza Mayor; ese fue el primer Parque de Bomberos de la capital de la Plana.
Un relato, el de José María Fortanet, donde, además de recorrer su historia, los componentes de la plantilla, los miembros que la dotaban, los cargos que se instituían, cuenta cómo se alertaba a los bomberos para que acudieran a cada zona de Castellón por toques de campana, y por número de toques de campana, para conocer donde tenían que dirigirse… Hasta que desaparecieron las campanas del Fadrí, en la Guerra Civil, y comenzó el uso de las sirenas.
Es muy curioso leer como, cuando se aprobó el quinto reglamento, en 1894, los 62 miembros del cuerpo dimitieron por disconformidad, incluidos, los arquitectos Manuel Montesinos o el comandante activo, el arquitecto Francisco Tomás Traver…
Si, los Bomberos se movían primero a toque de campana y luego, a toque de sirena… se incrementaron los reconocimientos, el número de efectivos… hasta que se incorporaron nuevos medios técnicos, que influyeron en el recorte de personal.
Con la II Guerra Civil, la Guerra Civil provocada por el alzamiento nacional, los bomberos de Castellón trabajaron a destajo para paliar los daños que la ciudad sufría por aire, tierra y por mar, y no solo en la capital, sino en toda la provincia. En 1937 se contabilizaron 37 alarmas por bombardeos; en 1938, se contabilizaron 286 y en 1939, 25.
En 1937 el Ayuntamiento funcionarizó el cuerpo de Bomberos de Castellón, que pasó a integrarse en la plantilla municipal. Pero aquellos que lo integraban fueron evacuados a Valencia junto con todos los medios y mecanismos anti incendios del Parque.
Cuando las fuerzas nacionales entraron en la capital de la Plana y se constituyó el nuevo Ayuntamiento, apenas quedaban cinco personas en la Compañía de Bomberos, y aunque se intentaba incrementar la plantilla, pocos respondían a las normas de edad, porque los jóvenes estaban el frente, en uno y otro bando.
La mediación del Ayuntamiento, de los técnicos municipales, personas de reconocido prestigio cultural de Castellón, consiguieron que se admitiera el retorno de los que quisieron volver de aquella antigua plantilla que fue movilizada a Valencia, aparte de recuperar automóviles, bombas y otros materiales de la compañía.
El 8 de enero de 1947, todos los bomberos de los retenes diarios, fueron nombrados funcionarios de plantilla. A partir de esa fecha, los candidatos hubieron de aprobar una oposición libre. Al principio se presentaban solo los bomberos del ‘toque de campana’, personas de Castellón que reforzaban los retenes y turnos; pero a partir de 1965 se presentaron ya personas externas al Parque. A medida que aumentaron los bomberos de plantilla, fueron suprimidos los voluntarios de refuerzo conocidos coloquialmente como ‘bomberos de toque de campana’.
Hoy, día de la Dona, es también el aniversario de los Bomberos de Castellón, los que durante más de un siglo no solo trabajaron ara paliar los daños de los incendios de la capital, sino también del resto de la provincia. Con la creación del Consorcio Provincial, los bomberos de Castellón centran su mirada en la capital de la Plana, pero siguen acudiendo cuando se los necesita y hoy, también, son los protagonistas de la jornada.
¡Feliz aniversario!


















































