Enrique Domínguez. Economista.
Por fin, el Gobierno central ha presentado a principios de abril los presupuestos para el año que comenzó hace más de tres meses y que tienen grandes posibilidades de no aprobarse; ello provocaría la prórroga de los el año precedente.
Y, como todos los años, lo primero que cada comunidad autónoma o cada provincia e, incluso, cada localidad miran, es ver si en las inversiones reales previstas se trata adecuadamente a la comunidad, a la provincia o aparece tal obra local largamente demandada.
Si nos fiamos de la cifras globales, se podría decir que la provincia de Castelló está muy bien tratada ya que esas inversiones reales, repito previstas, casi se duplican respecto a las previstas para 2017; pasan de 68,09 millones de euros a 133,21 millones para este ejercicio, un 95,6% más. Hay que decir quedepende de la cifra inicial para que el porcentaje de aumento sea más o menos apabullante.
Sin embargo, el primer jarro de agua fría lo he señalado en el primer párrafo: el Gobierno no tiene los votos necesarios para su aprobación en el Congreso. Su socio, Ciudadanos, está cada vez más a la greña con el PP, y vicev9ersa, y el Partido Nacionalista Vasco tiene claro, si no cambia, lo que pide para dar sus votos al proyecto.
Pero, incluso aprobándose, hay un segundo elemento a considerar: el grado de puesta en práctica de los proyectos aprobados. Y aquí ocurre que cuando uno compara los presupuestos de inversiones previstas de varios años se da cuenta que bastantes de ellas pasan de un año a otro o que las cantidades previstas son una miseria. Según la patronal de grandes constructoras, el Gobierno sólo ejecutó el 34% del presupuesto previsto para 2017 en Castelló (y se disponía de todo el año para poder implementarlo).
Los valores absolutos a veces son engañosos y lo que parece un fuerte incremento (que, no olvidemos, se puede convertir en agua de borrajas) es muy diferente si analizamos los datos en inversiones per cápita. A nivel provincial es muy difícil saber qué inversión real prevista corresponde a cada provincia porque en cada comunidad autónoma hay un cierto importe de inversiones que sólo están regionalizadas (por ejemplo cuando se van a realizar en dos provincias); a nivel regional, en cambio, sí es posible ver qué representan las inversiones previstas per cápita para la CV y su evolución.
La inversión por habitante prevista pasa de 119 €/habitante en 2017 a 149 €/habitante en 2018, pero la CV es la antepenúltima en el reparto per cápita y es bastante inferior a la media española (217 €/habitante en 2018).
Es curioso o triste, como ustedes quieran, que los representantes de los partidos apoyen sin fisuras lo que proyectan hacer sus dirigentes (en este caso las inversiones reales en Castelló) y no atiendan lo que muchos de sus votantes (en este caso los empresarios) le están demandando; sólo hay que leerse el informe de la patronal valenciana que critica el déficit de infraestructuras en los últimos quince años y que reclaman para Castelló una inversión de cuatro mil millones de euros en diez años.
Esos 133,21 millones de euros de inversión real prevista para 2018 en Castelló se han calificado de “inversión histórica y de récord para la provincia de Castelló”, señalando que el presupuesto cumple “con las demandas de Castellón en materia de infraestructuras ya que siguen apostando por avanzar en las necesidades de la provincia”.
¿Es eso cierto? Los empresarios, junto a muchas entidades y asociaciones, estánpidiendo un Corredor del Mediterráneo para viajeros y mercancías y lo que se ofrece en esas inversiones en el caso de Castelló es un proyecto de AVE real entre València y Castelló (en principio para 2025 –ojalá-) y entre Castelló y Vandellós sustituir el ancho ibérico por el internacional (nada de vías específicas).
Con esta extraña combinación de vías férreas en el Corredor, la autopista ferroviaria promovida por Fomento, que acaba de sacar una convocatoria dirigida a los interesados en su explotación en los ejes Mediterráneo y Atlántico, me da la impresión que se quedará en carretera comarcal.
Si los presupuestos presentados llegan a aprobarse ¿Se atiende con estas inversiones reales previstas a las necesidades de futuro de la provincia? ¿Autopista o carretera comarcal? ¿Qué opinan ustedes?
