Andrés Querol/Vicente Pla/ Castellón Información
Ilusión y experiencia competitiva, tanto desde el lateral como desde el extremo, demuestra su calidad y ayuda a tirar del carro cuando es necesario. Esta es Esther Lacueva. Comienza su andadura en el mundo del balonmano, casi por casualidad. “En el colegio practicábamos varios deportes desde judo al fútbol, también balonmano y el entrenador que nos enseñaba me llevó al Maritim, siendo juvenil de primer año, allí nos absorbe el Mislata hasta que recibo la llamada del Balonmano Castellón y aquí estoy”, explica Esther Lacueva.
Hay que decir que la jugadora ve al Club Deportivo Balonmano Castellón como un club grande, muy de élite y casi inalcanzable para ella, pero tanto Vicent Sos, su actual entrenador, como Luis Enrique tardó poco en convencerla. Cuando llega a Castellón solo conoce a Alondra Bivolaru, “quien fue la que intento convencerme un poco más para que ingresara en el club”.
Su integración en el equipo fue rápida y buena en el aspecto personal: “La verdad es que no tuve ningún problema cuando llegue, fue como si las conociera de toda la viuda. Las jugadoras son cercanas y la complicidad que hay dentro de la pista es la misma que fuera de ella”.
A nivel deportivo, quizás, le costó adaptarse un poco más y hasta bien entrada la segunda vuelta del campeonato no llegó a sentir que su rendimiento era el que ella misma esperaba. Hay que tener en cuenta que Esther llega a Castellón con un problema en la plantilla, la lesión de Noelia López, que hace que, de jugar en su posición habitual, el extremo, pase al lateral. De todas formas, aunque le cuesta se adapta a la posición y hoy rinde de igual manera en los dos puestos, lateral-extremo.
Le preguntamos qué pasaría si un día le tocara jugar de central: “Aunque en la base hice mis pinitos, de entrada me asustaría, no me veo en ese puesto, ahí veo más condiciones y es una gran central a Sales, al igual que Arantxa. Solo en caso de necesidad igual me atrevería pero espero que eso no ocurra”.
Aunque sea habitual que ningún equipo tenga una concentración total durante los sesenta minutos de partido, al quipo castellonense en ocasiones les cuesta entrar en el mismo, también es verdad que cuando llega la reacción nos ofrecen sacrificio, buen balonmano, con naturalidad la jugadora nos dice que “bueno eso es espectáculo”.
La temporada regular se ha finiquitado con nota alta y el primer partido de la fase de ascenso con mayúsculas: “No esperábamos la diferencia de cinco goles, si hacer un buen partido es ganar por uno o dos goles, hasta el empate lo hubiéramos conseguido un buen resultado. Tampoco pensábamos un encuentro tan controlado”. La jugadora estaba satisfecha del encuentro, no tanto por los goles marcados, siete, sino porque disfruto jugando desde su hábitat natural.
Piensa que este año, es el del ascenso, aunque al inicio de la competición había dudas. Lo que tienen claro las jugadoras es que el partido de Zarautz les ha demostrado que pueden alcanzar el objetivo, por calidad, por compromiso y sobre todo porque se divierten jugando al balonmano.
Decir que Esther, pese al poco tiempo que lleva en el Club Deportivo Balonmano Castellón, es una integrante más que, tanto para sus compañeras como para el aficionado en general, parece que lleve muchos años en la familia.
