El presidente Puig anuncia para la semana que viene el convenio con el Ayuntamiento sobre el edificio de los juzgados
El edificio ‘Menador’ ha transformado el antiguo edificio de Hacienda en un centro cultural donde convivirán el Ayuntamiento, la UJI, las asociaciones culturales y las propuestas más innovadoras. Durante la inauguración, el presidente Ximo Puig realizaba un anuncio, la semana que viene habrá mucho que decir sobre el convenio para poder rehabilitar y reutilizar el otro edificio, el de Plaza Borrull, que albergó los antiguos juzgados.
Esperanza Molina /Castellón Información
Han sido años de espera, pero el edificio ‘Menador’, se inauguraba ayer como un símbolo al cambio en las formas y en los objetivos.
El antiguo edificio de Hacienda, que causaba algo más que respeto para muchos ciudadanos, se ha transformado por completo, para convertirse, fundamentalmente, en un centro cultural, que comparten ‘a la limón’ Ayuntamiento y Universidad Jaume I, para poder cubrir sus necesidades ante la demanda cultural de la ciudad.
Por eso, quizá, el acto fue tan sonado, y por esto también, nadie, ningún representante de las instituciones quiso que se anotara su ausencia en este acto tan trascendental.
Han sido años de conversaciones, de acuerdos, de negociaciones, más de cuatro millones de euros en obras y restauración de las antiguas dependencias.
Y ayer tarde, por fin, se llegaba al momento definitivo, el de su inauguración con la presencia de todos los representantes, estatales, autonómicos, locales y Culturales.
Porque si algo une a todas las instituciones, era el objetivo de convertir el antiguo edificio de Hacienda en un nuevo referente cultural, de la ciudad.
Un logro para los que estaban, que no se cansaron e repetir que ellos iniciaron el proceso, y para los que ahora están, que han marcado el recinto con su sello de cambio y de nuevos empeños.
Para el ciudadano de la calle, que no convive con unos ni con otros, una sorpresa que no deja de maravillar a la vista.
Porque tras aquella puerta principal, el vestíbulo, conserva aquel mármol magnífico pero esta vez sin mostradores y sin temores.
El recinto, que en su día imponía, y mucho, porque centraba sus operaciones en las cuentas y los impuestos, en las declaraciones de los ciudadanos y sus trámites económicos, albergará, a partir de ahora distintas plantas y dependencias en las que el Ayuntamiento y la Universidad Juame I se reparten el espacio.
Fuera se quedaron, y ya hace tiempo, las asociaciones vecinales, a las que también se les prometió parte del pastel.
Pero el resultado es como una esfera mágica que lo envuelve todo.
Y así se sintieron quienes lo recorrieron, en representación de todos los sectores y todos los ciudadanos. Espacios antiguos que ya son nuevos, para un nuevo margen de acción que no dejará indiferente a nadie.
Y como la guinda del pastel, la exposición ubicada en al planta del sótano. Donde un día reinaba la poderosa Rita, el ordenador de los ordenadores, el controlador de las vidas y de las cuentas, la historia de Castellón gritaba y pedía el reconocimiento a 25 años de Universidad, de renovación de su cultura, de la ejecución de aquel proyecto largamente acariciado por tantos castellonenses, que se ha convertido en uno de los motores de la ciudad, la UJI.
Porque la Universidad de Castellón, que ayer cumplía su 25 aniversario, marcaba un antes y un después, quienes lo hicieron posible, quienes los llevaron a cabo, quienes recogieron la antorcha de futuro y quienes representan hoy día ese futuro hecho actualidad, que, a su vez, proyectan nuevos horizontes.
Por eso, nadie quería faltar a la cita. Entre los asistentes estuvieron todos, representados de una u otra manera en esta exposición que podrá ser visitada por los vecinos de la ciudad y de la provincia.
Para unos, la revelación de las promesas que se hicieron hace tantos años. Para otros, el relevo que marcó parte de la historia de Castellón; para todos, el compendio que hoy señala a Castellón como centro de referencia cultural, innovación, comunidad y renovación constante sobre si misma.
La Universidad Jaume I, era la protagonista de aquel espacio que representa en cada rincón cada uno de los esfuerzos que dieron lugar a lo que ya hoy es una parte a la que ningún castellonense querría renunciar.
Aparte de las visitas oficiales, los saludos, las intervenciones e incluso, las promesas del Presidente de la Generalitat, una ciudad sedietna de crecimiento.
El rector, visiblemente satisfecho; la alcaldesa, con sus muletas, con una cara resplandeciente que aún brilló más cuando el presidente de la Generalitat en su discurso anunció que la semana que viene habrá novedades. Porque, según anunció Ximo Puig este es solo el primer paso y el convenio para la cesión y rehabilitación del antiguo edificio de los juzgados, de la plaza Borrull, ya está a punto de caramelo… Pero indicó, eso será la semana que viene.
En al plaza, los vecinos esperaban. Se había anunciado un espectáculo especial. Y así lo fue. Un pianista que retó a los asistentes desde las alturas, que escaló el cielo hasta las nubes, que hizo que la música sobrevolara Castellón.
¿Puede haber un elemento mejor para representar lo que supone la cultura para esta provincia?















































