Las concejalías de Servicios Sociales y Cultura han presentado esta mañana el proyecto Cultura Critica. Una innovadora iniciativa en donde el teatro se convierte en una herramienta terapéutica y de ayuda al crecimiento personal dirigida a todo tipo de público pero, principalmente ideada y “muy satisfactoria”, para aquellos colectivos con dificultades de inserción social.
De momento, se trata de unos talleres que han sido desarrollados entre los usuarios cocainómanos del centro Lluís Alcanyís “con los que hemos obtenido unos resultados muy positivos, tanto a nivel individual como grupal”, según ha explicado la concejala de Servicios Sociales, Mònica Alvaro, quien ha indicado que también se han llevado a cabo clases de teatro entre el grupo de jóvenes consumidores de marihuana y en el centro de día Espardenyers “con una excelente participación e implicación por parte de todos ellos”.
“Mediante las técnicas que se utilizan en este tipo de teatro crítico, los participantes toman conciencia de sí mismos y principalmente de la situación en la que se encuentran y, sin darse cuenta, de una forma lúdica y fácil, ven cuál es su problema y también dónde se encuentra su posible solución. En definitiva se trata de una cura terapéutica que vemos que está funcionando y con la que vamos a seguir trabajando”, según ha indicado la responsable de Servicios Sociales.
Esta innovadora iniciativa ha sido puesta en marcha por Marc Escrig y la trabajadora social y actriz, Paula Sánchez, y experimentada también por el colectivo de Acudim y la concejalía de la Dona, “en este caso por parte de las profesionales del departamento que deseaban aprender estas nuevas técnicas hasta ahora desconocidas en Vila-real y por tanto, en este caso, desde una vertiente más lúdica”, según ha detallado la edil quien avanza que la intención es llevar este proyecto a los niños y niñas del centro Ziga-Zaga a partir del mes de marzo.
“Se trata de unas clases de teatro que les ayuda a reflexionar acerca de ellos y de cuestionarlos, porque se les planteaba preguntas para que ellos opinen o situaciones de su vida cotidiana”, según cuenta Marc Escrig, quien indica que cada clase está formada por unos 15 alumnos que “amplían su cultura emocional y en las que el teatro se convierte en una excelente herramienta para el conocimiento personal”.
Por su parte el concejal de Cultura, Alberto Ibáñez, ha destacado la apuesta de este proyecto por parte de la concejala de Servicios Sociales que, “en su constante búsqueda de mejora para la intervención de la población atendida ha hecho posible la creación de un nuevo espacio de trabajo dentro del propio servicio, no sólo cubriendo sus necesidades sino en este caso ayudándoles a expresar sus emociones y sentimientos a través de estos talleres” y ha indicado que, como en este caso, el teatro “no ha de ir asociado siempre a la marca blanca, sino que ha de servir para el cambio y la transformación social”.
Finalmente, el coordinador del programa Cultura Crítica, Marc Escrig, ha destacado que, a finales de mayo, se celebrarán las I Jornadas de Teatro del Oprimido y Teatro Social de Vila-real en las que participarán un gran número de compañías con la intención de crear un punto de encuentro entre profesionales que trabajan en el ámbito social.
