Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Como frecuente usuario de esa conexión inevitable, entre la ciudad de Burriana y su puerto, voy a expresar mi opinión personal sobre las obras que se están llevando a cabo ya en su fase definitiva.
Nunca he tenido la menor duda de que esa arteria que intercomunica nuestra ciudad con su mejor infraestructura, necesitaba sensibles mejoras.
Tampoco ignoraba que hacer un vial moderno, bien diseñado y duplicando como mínimo su capacidad de absorber tráfico, con una separación central para evitar choques frontales, era una solución que requería inversiones importantes, incluidas expropiaciones en ambos márgenes laterales, por lo que no parecía viable en plena crisis económica, el mejor diseño posible.
Ante esa evidencia, nuestro tripartito municipal ha optado por una remodelación que apenas va a tener unos pocos años de vigencia en mi opinión, ya que no solo no mejora en absoluto el tránsito de vehículos, sino que lo va a dificultar sin la menor duda, en beneficio de los dos viales para personas y bicicletas que se habilitan, en prácticamente la mitad del espacio disponible y los dos al mismo lado de la calzada.
No tengo dudas, de que el diseño definitivo lo habrán hecho técnicos de Urbanismo u Obras Públicas, con mejor preparación que la mía, pero mi sentido común me obliga a comentar mi punto de vista antes de que empiecen a surgir los problemas, porque hacerlo ‘a posteriori’ lo van a hacer otros muchos.
La primera pregunta que me hago es porque en vez de poner los dos sentidos de circulación al mismo lado, no se han puesto uno a cada lado de la medianera, de forma que tanto el carril bici como el espacio peatonal, pudieran servir en casos de accidentes, como vías de escape momentáneos en casos de accidentes o incidentes que impidan la circulación normal.
Me parece mucho más racional repartir los espacios para bicicletas y viandantes a cada uno de los lados de la carretera, que la distribución que se ha hecho del espacio disponible.
Mucho me temo que el tráfico en pleno verano puede convertirse en un autentico caos, ya que ante cualquier accidente por insignificante que sea, va a resultar imposible retirar mínimamente los vehículos, para tomar nota de los datos del seguro de cada uno de los afectados, sin impedir el paso de los demás medios de locomoción que circulen en las dos direcciones.
No digo nada si por mala suerte se trata de autobuses o camiones de cierto tonelaje e incluso me llego a preguntar como podrán llegar hasta el lugar del accidente los vehículos de la Guardia Civil de Tráfico, o de la Policía Municipal e incluso las Ambulancias para asistir a los heridos o lesionados en caso de haberlos.
No observo en el trazado actual, vías de emergencia que permitan este tipo de asistencias, en caso de necesidad, aunque siempre se me podrá argumentar que en esos casos podrán llegar por el otro lado, donde estarán inutilizados momentáneamente el carril bici o la vía peatonal.
El tiempo será el encargado de dar y quitar razones y quisiera equivocarme, pero mucho me temo que la primera prueba se fuego va a ser el Arenal Sound.
Otra de las sorpresas que me he llevado recientemente, ha sido la tala indiscriminada de árboles y arbustos llevada a cabo en el paraje natural del Clot de la Mare de Déu y zonas adyacentes.
El estado de conservación de algunos bancos en los que se suele sentar la gente mayor para descansar es lamentable y se ven matojos y leña cortada en los caminos y en sus cunetas, lo cual podría provocar pequeños incendios mas o menos intencionados, en cuanto aparezcan los primeros calores primaverales.
Lo digo porque ‘vale más prevenir que curar’ y quizás no tarden en llegar esos riesgos, que podrían convertir la mejor reserva natural de Burriana, en una hoguera tan innecesaria como previsible.
Dejo los criterios de tala de los árboles cortados desde la base, a criterio de los biólogos conocedores de la materia, pero realmente no recuerdo en las últimas décadas una visión menos agradable de esta zona.
Y por último decir que lo que era un Mercat de la Mar importante y muy visitado, con la consiguiente actividad comercial a su alrededor, parece haberse reducido lamentablemente.
Ni solía ir antes, ni voy ahora, por eso no puedo expresar mi opinión individual, pero en general las que me han trasmitido quienes lo hacían antes y han vuelto a hacerlo ahora, van casi todas en ese sentido.
