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Dentro de una semana, el joven vila-realense Adrián Casabó Martín, de 27 años, viajará a Palestina para participar en un campo de trabajo organizado por la Cooperación Internacional de Cáritas. Viajará junto con siete jóvenes españoles más que durante once días compartirán la vida y problemas de los civiles de la parroquia de Beit Jala, en Jerusalén. A su regreso quieren ser portavoces de la situación de los refugiados, como lo han sido María Chiva y Natalia Dolç, otras dos chicas de Castellón que fueron en 2013.
Adrián Casabó, que trabaja como periodista los fines de semana, supo de esta iniciativa, precisamente, por una de las dos jóvenes que estuvieron el verano pasado, con la que trabaja durante la semana en el colegio de la Consolación de la l'Alcora: “Desconocía que existía esta posibilidad y escuchando su experiencia me apetecía aún más decir que sí”. El caso es que se ofreció y ahora está a punto para vivir una experiencia que espera que le marque: “Oímos hablar del conflicto en Oriente Próximo, pero creo que cambiará mi percepción al vivirlo en primera persona y descubrir esa realidad directamente”.
Vacaciones solidarias
El campo de trabajo se comerá sus vacaciones, pero no se arrepiente: “Vale la pena aprovechar este tiempo para vivir una experiencia así. De hecho ya he pasado muchos veranos en campamentos, y ahora pensé que esta vez ir a Palestina era una buena opción. Lo más importante es conocer una realidad que sabemos que existe pero que desconocemos cómo viven en el día a día, sus problemas y lo bueno que tienen”.
Esta iniciativa es una de las actividades que organiza el Equipo de Cooperación Internacional de Caritas Diocesana, coordinado por Miguel Ángel García Descalzo: “Somos cinco voluntarios que nos dedicamos a dar a conocer y sensibilizar lo que es la cooperación internacional a nivel diocesano. Organizamos charlas en colegios, institutos y universidades, y difundimos las campañas de emergencia como la de Haití o Filipinas".
Proyecto Nazareth
Por otra parte, el Proyecto Nazareth, que nació el año pasado por iniciativa de la Comunidad de las Bienaventuranzas y la colaboración de la Delegación Diocesana de Familia, el COF Domus Familiae y Pro Vida, volverá a acoger una decena de madres e hijos con riesgo de exclusión social en el Seminario Mater Dei para una semana de ocio, formación y espiritualidad. La fórmula se presenta como una pedagogía integral que permite abrirse a lo bueno de la vida y allanar las expectativas de futuro.
La buena experiencia de la primera edición tanto en las madres y sus hijos como en los voluntarios que colaboraron, ha impulsado a esta segunda semana Nazareth precisamente en un momento en que ha quedado de manifiesto la situación de muchos menores que en verano se quedan sin los comedores escolares (un 27,2% sufre la pobreza, según el informe de Eurostat).
La pedagogía propia de Nazareth aprovecha las actividades de ocio para reforzar los lazos familiares y el intercambio social. Con la formación se dan herramientas para la educación de los hijos, y con la dimensión espiritual se toca directamente valores y creencias que pueden bloquear o, por el contrario, permitir tomar decisiones valientes y positivas. Entre los talleres de este año, está previsto uno de salud y otro de alimentación equilibrada.
