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lunes, 13 de mayo de 2024 | Última actualización: 20:59

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Héctor Folgado. Presidente del PP de Vila-real.

Antiguamente se decía que las cosas se debían hacer con luz y taquígrafos para poder atestiguar que estaba todo correcto. Al menos, así lo creíamos en Vila-real, donde el humano criterio de la “sensatez”, más conocida en nuestra tierra como “seny”, hacía que las acciones de la gente se midieran por su honradez y su voluntad de hacer bien por el pueblo.

Sin embargo, con esto de la modernidad, el señor Benlloch, alcalde socialista y líder de un cuatripartito donde todos quieren figurar para no perder comba, ha cambiado su forma de constatar sus actuaciones. De la luz y los taquígrafos, hemos cambiado al flash y la cámara.

No hay obra, rincón o encuentro del señor Benlloch con lo que sea o con quien sea, que no se vea inmortalizado por el flash y reflejado en blogs, redes y webs.

Le ha pasado con los deportistas de Vila-real. Para hacerse una foto con cada uno de ellos al despacho de la alcaldía, Benlloch les ha privado de una gala del deporte donde todo el pueblo pueda sentirse orgulloso de sus deportistas.

Esto, que podría ser un testimonio fiel de que el hombre hace muchas cosas, acaba perjudicando y bastante, a la ciudad.

Ayer, nuestro fotogénico alcalde no dudó en salir a las 8 de la mañana, cámara en ristre a visitar las zonas afectadas por las lluvias. Hasta ahí, nada que decir, puesto que si a Schroeder le hizo no perder unas elecciones, a Benlloch, al menos, le podría sumar algo. Pero el problema en este caso es más bien de omisión.

Si el cuatripartito hubiera hecho más obras de las que no se pueden fotografiar, como colectores de aguas pluviales, aliviaderos y limpieza de barrancos, los vecinos no habrían sufrido otra vez los daños de la gota fría. Si en lugar de hacerse fotos, hubiera estado revisando el proyecto de construcción de la rotonda de la avenida del Cedre, que siempre ha sido un punto conflictivo con las lluvias, ahora no tendríamos dos palmos de agua dentro de los comercios cada vez que llueve.

En definitiva, Vila-real está condenada a no avanzar si lo que necesita no sale en la foto. Sólo espero que no llegue el tema al reality show ni al couché, siguiendo el camino de Pedro Sánchez, porque entonces mi pueblo lo tiene claro.