En diciembre de 2002, el Grupo Municipal Socialista presentó una querella contra el alcalde de Castellón, dos de sus concejales varios funcionarios del ayuntamiento y una trabajadora de la Caja Rural. Acusaban a José Luís Gimeno de prevaricación por la urbanización de los terrenos de la antigua estación. El juez admitió la querella y luego acabó por archivarla. La historia se saldó como un culebrón, con petición de testigo protegido. El juez archivó y José Luís Gimeno volvió a ganar las elecciones con mayoría absoluta.