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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 10:41

Tercera Setmana rinde homenaje a Carla Chillida y Paco Zarzoso en Castellón

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En su segunda edición, el festival Tercera Setmana rinde un particular homenaje a dos creadores valencianos, de distintas generaciones, pero que coinciden por su inquietud creativa, su huida de espacios comunes y por apostar por un lenguaje propio escénico. Son Carla Chillida y Paco Zarzoso. De este último se representarán dos de sus últimos montajes, Ultramarins y Maldito Otoño que se pondrán en escena mañana domingo a las 19 horas en el Teatre del Raval de Castellón.

Con dirección de Paco Zarzoso y la compañía La SubTerránea, Maldito Otoño es un canto a la celebración de la existencia, y a la vez, un grito por el paso del tiempo. Todos los “érase una vez” terminan en colorín colorado, todos acaban precipitándose hacia un final. ¿Es posible reír y llorar, simultáneamente, cuándo se rememora el milagro cotidiano de estar vivos? Tres actrices dialogan, evolucionan y actúan para demostrar que la vida es aquello que pasa mientras se espera a que pasen cosas. Las tres se muestran divertidas, frágiles, enérgicas, reflexivas y gestuales. Componiendo un fresco retrato de los males contemporáneos, que solo pueden ser encajados con esa ironía que les hace libres, y les da carta blanca para hablar sin tapujos.

Tercera Setmana

Ester Martínez, Lucía Abellán y Lucía Sáez, intérpretes y dramaturgas todas ellas, forman La SubTerránea. Una compañía en la que las fotografías instantáneas de nuestra sociedad actual emergen sin cortapisas. Con repetidas residencias en la sala Espacio Inestable de València, y un elenco formado 100% por mujeres, el colectivo trabaja desde la creación grupal, para abordar a través de la poesía, la reflexión, la carcajada y el llanto, temas contemporáneos con una gran fuerza estética escénica. Ya lo hicieron en Martingala hablando de las sutiles herramientas de manipulación mediática de la cotidianidad, o en Pussy Koan, ese duro retrato de autodefinición delante del espejo del espectador. Y también buscando la normalidad en lo anormal con El 10% de Urbach Wiethe, un curioso síndrome que puede provocar la ausencia de miedo. Imposible resistirse a su juego y a su invitación a bailar, en el sentido más amplio de la palabra, desde el patio de butacas.