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jueves, 2 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:34

La periodista Raquel Sánchez Silva en la Fundación Caja Castellón

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Raquel Sánchez Silva afirma que “la única manera de sacar algo en claro es no tener miedo a provocar un incendio y echar todos los troncos en la chimenea porque hay que lamentarse de lo que se hace, no de lo que no se hace ya que las oportunidades son para quien las busca”.

Castellón Información

La periodista Raquel Sánchez Silva ha venido hoy a Castellón para presentar “Mañana, a las seis” en el Salón de Actos del Edificio Hucha de la Fundación Caja Castellón dentro del ciclo de charlas-coloquio “Femenino Singular”. En “Mañana, a las seis” la periodista ha presentado a Lucía, la protagonista de su novela, una mujer en crisis que renunciará a todas las comodidades de una vida estable para vivir al límite sus pasiones y entregarse a ellas; para ello realizará un viaje personal en el que se cuestionará el valor de lo que tiene.

Pero “Mañana, a las seis” es también una llamada a la idea de que escucharse a uno mismo es fundamental, que el universo está lleno de sonidos que no debemos perdernos, porque la vida exige una atención máxima para evitar caer en infiernos de los que luego resulta muy difícil salir. Paradójicamente es el tiempo el que limita las oportunidades de escuchar lo que es realmente esencial, afirma la autora.

La periodista ha afirmado que este trabajo escrito durante uno de los momentos más difíciles de su vida “supuso una válvula de escape para las situaciones dolorosas por las que ha atravesado, una cura de positividad, sin rencor hacia los que parecían juzgarla alegremente y, lo más importante, a su manera… Es inevitable que tu estado de ánimo se refleje en el libro. Dentro de la historia, que sigue siendo la que era, todo el estudio de la maldad y la bondad humana habría sido más salvaje si lo hubiese escrito en otro momento de mi vida”.

“Siempre he entendido a la gente que me ha criticado. Vosotros sabéis que mi opción ha sido la del silencio. Era la única opción que yo comprendía. Por mi manera de ser y por lo que transmito en televisión, ese papel positivo y alegre, no quiero pasar al otro lado. Además tampoco quiero participar de un circo mediático. En estos meses ha habido gente que ha hecho muy bien su trabajo y otra que lo ha hecho muy mal porque ahora mismo conviven la información y la no información. Me dicen que por qué no me defiendo de ciertas cosas, y yo pienso que al final la mentira cae por sí misma, como de hecho está pasando. Hacer lo contrario es alimentar un circo que no me interesa ni del que quiero participar activamente. Yo quiero ser una parte sorda. Valorar o juzgar el proceso de dolor de una persona es muy gratuito. Todos sabemos hasta dónde existen ciertos límites éticos y morales y yo creo que sobrepasarlos es una cuestión humana”.

La periodista, refiriéndose a la protagonista de su novela ha recordado que “la muerte nos acompaña en cada respiración, sin molestar, sin ningún ánimo de protagonismo, pero, irremediablemente, lista para actuar. Todos hemos pasado por situaciones en las que nadie podía comprendernos y los que hemos tenido la suerte de haber recibido ayuda porque nuestro peso en el mundo no depende de cuántos amigos tenemos sino quiénes son”.